César Lumbreras

Brecha digital

Los ayuntamientos, diputaciones y comunidades autónomas resultantes de las elecciones de ayer deben hacer frente a un buen número de retos relacionados con el sector agrario y el mundo rural. Se trata de las administraciones más cercanas a los ciudadanos, que tienen transferidas las competencias en servicios públicos tan importantes como la Sanidad, la Educación y, por supuesto, la gestión de la Política Agraria Común (PAC).

El objetivo fundamental a perseguir no es, ni más ni menos, que lo establecido en la Constitución y que se puede resumir de la siguiente manera: que los ciudadanos del medio rural, de nuestros pueblos, tengan las mismas condiciones de vida que los que viven en las ciudades. Resulta necesario frenar el abandono de los pueblos y la huida de sus habitantes a localidades más grandes o a las urbes. Un ejemplo: además de la mejora de la Sanidad y de la Educación, se impone también la necesidad de facilitar el acceso a las nuevas tecnologías a los que viven en núcleos de población pequeños o alejados.

No es un capricho para estar conectado a internet sin más, sino que ello facilitará la creación de negocios y abrirá la posibilidad de que se vendan productos directamente del agricultor al consumidor. En este contexto destacan las conclusiones de un estudio realizado por el Ministerio de Industria en el que se pone de manifiesto que existe una importante brecha digital entre el medio rural y el medio urbano, ya que una parte de los habitantes del primero o bien carecen de acceso a acceso a internet, o no tienen banda ancha o la velocidad de acceso va a pedales. Puede parecer un tema menor, pero no lo es.