Toni Bolaño
¡Bueno, bonito y barato!
Artur Mas está necesitado. Los números económicos no salen. A pesar de los recortes, Cataluña sigue con un déficit galopante. Montoro está detrás de cada esquina, calculadora en mano, y amenaza con dar un sablazo si las cuentas no cuadran. De momento, no lo hacen. Ante la tozuda realidad, Mas ha puesto todo su interés en conseguir que los números políticos salgan. Es su tabla de salvación para salvar la cara tras el descalabro electoral.
El presidente en funciones –y de puente– necesita con urgencia socio estable. Después del portazo de los socialistas y de la indiferencia de los populares, Artur Mas negocia a marchas forzadas con ERC. La investidura está garantizada. El ansiado referéndum los ha unido. Sin embargo, falta la prueba más importante: los presupuestos.
Los grandes números son todo un problema. De entrada, para cumplir el déficit se deben recortar en 2013 unos 4.000 millones. El portavoz del Gobierno en funciones, Francesc Homs, lo planteó como una oferta de «dos en uno». En un año se recortará lo que debería hacerse en dos. La culpa es de Madrid «off course».
La oferta para los republicanos no es nada tentadora. Aprobar los números de CiU afectará de lleno a su base electoral. La sanidad y la educación seguirán desangrándose y miles de trabajadores públicos se verán en la calle por los expedientes de regulación que impondrá el nuevo gobierno. Serán despedidos con el inestimable apoyo de ERC. Y eso que su líder, Oriol Junqueras, estuvo presente en la manifestación de la huelga general del 14-N. Pero también estuvo presente el 11-S, por la independencia.
Ante la encrucijada, Jonqueras, que se inclina más por la independencia de Cataluña que por el bienestar de los catalanes, prefiere el derecho a decidir al derecho a llegar a final de mes. Prefiere ser acusado de cómplice de desbaratar la vida a muchos catalanes que culpable de desbaratar el objetivo emocional de la independencia. Trata de salir airoso con su oferta «¡bueno, bonito y barato!», recuperar patrimonio y sucesiones, imponer nuevas tasas para nucleares y grandes superficies. CiU con sus firmes convicciones se ha apresurado a cambiarlas. Hay que ajustarse como sea a las demandas republicanas. Todo sea por la independencia, pensarán los de ERC. Todo sea por conservar el poder y salvar la cara, pensarán los de CiU.
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