Rosetta Forner

Cantos de sirena

Ni el mar, ni la piscina –aunque sea la propia-, ni un lago ni un río son la bañera de casa. Hay corrientes y otros peligros ocultos bajo el agua, que no se ven pero existen. Además, el cuerpo también puede fallar. Siendo aconsejable aprender a nadar desde niños, no debe excluirse la sensatez para relacionarse con el medio acuático. Nací en el Mediterráneo, y desde siempre recuerdo que en agosto –es más peligroso para nadar– se ahogaba mucha gente, pues hay muchas corrientes y el mar anda muy revuelto. Lamentablemente, esto no ha cambiado. Dado que el sentido común es el menos común de todos los sentidos, a algunos humanos, la prudencia se les ausenta en cuanto salen de vacaciones: es como si les abriesen la puerta de la jaula y saliesen despavoridos dejando tras de sí el saber cuidar de sí mismos y de los suyos. Comprendo que la vida sea muy frustrante para algunos, pero la solución no pasa por «plantarle cara al agua». Según el psicoanálisis, los accidentes –ya lo comenté en otro artículo-, son deseos inconscientes de morir. Consecuentemente, aquellos hartos de su vida cotidiana parecen olvidar aquello que mi abuela solía decir: «El mar no quiere valientes». Muchos se han ahogado por un corte de digestión. Otros, por haberse lanzado de cabeza a un río –o un lago- obviando el fondo y su contenido. Otros, incomprensiblemente, descuidan la vigilancia de sus hijos pequeños como si no supiesen que los niños no entienden del «peligro». Quien no ama su vida, no cuida de la misma ni de los suyos. Deberíamos ser suficientemente adultos para que nadie nos tuviese que recordar que con el agua, cuando está en gran cantidad, no se juega. Por más tecnología que tengamos, los humanos somos una mini-mini mota de polvo en la inmensidad. El cuerpo humano es de una tecnología sublime, pero frágil cuando de medirse con el gran elemento agua se trata. Ser prudente no está reñido con la diversión. El verano es para disfrutar, relajarse, recargar pilas y celebrar, no para ir al fondo del mar a escuchar los cantos de las sirenas.