Sergio Alonso
Capitalismo «for dummies»
Mientras las procelosas aguas que pasan por el Ministerio de Sanidad siguen su cauce, el sector continúa pasándolas canutas estos días. Sufren especialmente en sus carnes las farmacias, que soportan impagos de hasta 1.100 millones en todo el país, con una alta incidencia en Cataluña y Valencia, y sufre la industria farmacéutica. Acostumbrados como estaban a crecer por encima de los dos dígitos durante numerosos años, los laboratorios viven ahora al borde del infarto: la crisis y las medidas para afrontar la caída dramática de la recaudación impositiva amenaza con llevarse por delante a más de una de las fundaciones que regentan y a varios altos directivos, incomprendidos por sus sedes centrales. Las noticias para las compañías son cada vez peores. Además de las demoras en los pagos por los medicamentos que dispensan los hospitales públicos, no existe día en que una autoridad sanitaria o una consejería no se descuelguen con un nuevo plan de ahorro capaz de hacer trizas sus cuentas de resultados. Los nuevos precios de referencia son la última gota que colma el vaso, por las rebajas de hasta un 50% que incorporan, y por la guinda surrealista del preámbulo de la orden que los regula, con expresiones del tipo «capitalismo por dummies». Con todo, las mayores derivas siguen producíendose en las autonomías. El Instituto Catalán de la Salud (ICS), por ejemplo, aplica sus propias bajadas de precios sin encomendarse a autoridad central alguna; Andalucía sigue dándole vueltas y más vueltas al establecimiento de los temidos jumbos, ignorando a Ana Mato y Pilar Farjas, mientras que en Extremadura, un funcionario presiona a los laboratorios para que renuncien a demandar los intereses derivados de los retrasos en los pagos, con el argumento de que, si persisten en su actitud, se dejarán de comprar de forma inmediata sus productos para empezar a adquirir los de la competencia. O Sanidad pone orden en todo este desaguisado o el sistema revienta.
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