Cataluña merece más

Una cosa ha quedado clara. El presidente Mariano Rajoy está demostrando su voluntad de diálogo con los mandamases autonómicos de Cataluña. Como respuesta, el Gobierno de Carles Puigdemont y los dirigentes separatistas al frente de aquellas instituciones hacen oídos sordos y, en lugar de avenirse a sentarse a hablar, deciden seguir vulnerando las leyes pensándose impunes a ellas. Por más que se crean al margen de la Ley y por más acostumbrados que estén a saltársela a la torera, harían bien en creer llegado el momento de asumir, como cada español, los cargos ante los tribunales de Justicia. Cataluña merece algo más que lo que hacen sus dirigentes.

A lo que iba. El montaje de un despacho en Barcelona para la vicepresidenta, Soraya Sáenz de Santamaría, indica que el Gobierno nacional está decidido a afrontar el problema catalán y entablar conversaciones sobre él. Ahora le toca mover ficha a los dirigentes catalanes que, por más separatistas que sean, deben convencerse de que no hay otra vía que la de la Constitución. Todo lo que vaya por otro camino, como ha sucedido hasta ahora, no conduce más que a ninguna parte, al aislamiento, al freno del desarrollo. El resto de españoles necesitamos a los catalanes, que también son españoles. Pero ellos también nos necesitan al resto. Al menos tanto como nosotros, si no más.

Rajoy y su equipo poco pueden hacer más. Han demostrado sobradamente su solidaridad con Cataluña. No sólo con ese despacho vicepresidencial, sino durante largo tiempo otorgando ingentes cantidades de euros a través del FLA (Fondo de Liquidez Autonómica), con el que han podido mantener las obligaciones en materia de Educación, Sanidad y Servicios Sociales. Así es la vida.