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Censurables

La Razón
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Solo a las enredadas huestes de Podemos se les ocurre presentar en menos de una semana una moción de censura contra la presidenta madrileña, Cristina Cifuentes, y otra contra el presidente del país, y las dos inviables. Lo de la Asamblea de Madrid ha sido de circo romano, con gladiadores, fieras y naumaquia, pero sin el menor interés público, hasta el punto que los podemitas están comenzando a traspasar como invisibles las pantallas de televisión a las que tanto deben. Páguese usted un cursillo de telegenia en la televisión pública, como Pablo Iglesias, para tan magros logros.

Aunque se lo hayan reprochado los censurados la moción-holograma de Podemos contra Cifuentes no ha sido más que el frustrado intento de los censores de vestir de largo a una completa desconocida hasta en los mentideros del Foro. Y la descarada se ha subido a la tribuna sin proyecto político alternativo y solo con invectivas como maquillaje. En España las mociones de censura contra el Gobierno de la Nación solo han sido dos y ambas perdidas de antemano sin que los censores obtuvieran gran rédito, o ninguno.

La moción de censura funciona poco, pero algo, en las Autonomías y los municipios, pero una contra la región más potente del país hay que repensársela porque no vale ni como ensayo general con todo para la de mañana contra el Gobierno. No les da tiempo ni para lavarse las camisas del ridículo y el bochorno con que las han manchado.

Es muy de Pablo Iglesias, teniendo una sola opción por legislatura y a distancia cósmica de constituir una mayoría absoluta, censurar a un Gobierno que a más de tener Presupuestos presume de un crecimiento económico por encima del 3%.

Lo de estos aficionados tendría algún sentido si hubieran visto a Rajoy con una pistola humeante en la mano y un cadáver en la alfombra. Pero solo con el ariete de la corrupción no harán demasiada sangre. Hemos tenido partidos condenados por financiación ilegal, ministros en la cárcel por secuestro, saqueo y reparto de los fondos de reptiles y saga y fuga de pilares del Estado. Lo que se espera es que estos censurables por tanto propongan claramente qué quieren hacer con el país. No lo harán so pena les corten la coleta.