Toni Bolaño

Colau, la despecgada

La Razón
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Ada Colau, la alcaldesa de Barcelona, es la gran ausente de la campaña catalana. No ha participado en un solo mitin de Sí que es Pot. No ha lanzado ni un sólo mimo al candidato Lluís Rabell, ni a Pablo Iglesias –al que recibió encantada una vez elegida alcaldesa– ni a Alberto Garzón. La razón es que Colau, y su partido, Barcelona en Comú, no pintan un colín en la coalición de izquierdas. Como no puede pintar la mona, la señora alcaldesa hace notar su enfado. Su despecho. Quería ser la reina de la fiesta y se ha dado cuenta de que no lo es.

No está agresiva con sus compañeros de «fatigas» pero les castiga con el látigo de la indiferencia. ¡Está despechada! Las catalanas no van con ella. La pregunta que nos asalta es si en las generales Colau «la despechada» seguirá pasando de los suyos. Algunos, quizás, se lo recuerden en las próximas municipales. Es verdad que la cita está muy lejos pero todo llega. Se lo aseguro. «Las pensiones se cobrarán sin problemas en la Cataluña del futuro porque tenemos más empleo y más voluntad de crearlo», afirman, sin rubor, los representantes de Òmnium Cultural en las decenas de actos que realizan en estos días. Ni caso a las alertas que algunos economistas, de signo independentista, explican en sus púlpitos mediáticos. En campaña lo que toca es decir que cobraremos la pensión e, incluso, se cobrará mucho más. Y si de algo no se puede hablar porque no beneficia, pues no se habla. El Libro Blanco «indepe» no explica cómo se financiará la Sanidad o la Educación, ni los fármacos. Tampoco se les cuenta a los jóvenes que se espabilen para apuntarse a unos Erasmus que desaparecerán con la salida de Cataluña de Europa. Los chavales se quedarán fuera del circuito y los padres tendrán que ser los paganos de sus pinitos estudiantiles. Esto son minucias y poner en duda el futuro de la «vie en rose» en el paraíso «indepe» sólo tiene cabida en las mentes calenturientas de los botiflers, esos traidores de todo pelaje, agrupados en una conspiración planetaria con tintes judeo-masónicos.

«La Vanguardia», el diario del Grande de España, alias conde de Godó, más conocido como don Javier, muestra su entusiasmo por Mas. No es que esto sea noticia en sí mismo, pero es curioso que el domingo destacara, junto a la publicación de su encuesta, que Junts pel Sí «reúne a 9.000 personas en un acto independentista sin precedentes en Hospitalet». El titular o denota sumisión o denota incompetencia. En Hospitalet, CiU obtuvo un resultado calamitoso. Un regidor y 5.500 votos. ERC, dos regidores y 8.300 votos. O sea, o fueron casi todos los votantes o los que fueron venían de fuera fletados por los partidos. Un poquito de por favor, don Javier.