Papel
¿Confusión o intención?
No han pasado ni 48 horas de la firma del acuerdo entre Pedro Sánchez y Albert Rivera y ya hay unos cuantos empeñados en dinamitarlo desde las entrañas mismas del propio Partido Socialista. Que Carma Chacón afirme que la reforma de la Constitución que se plantea deja abierta una puerta a un posterior referéndum en Cataluña, es un disparo a la línea de flotación de Ciudadanos para el que sólo se me ocurren dos explicaciones: o la ex ministra de Zapatero ha tenido un cruce de cables tan serio como imperdonable o –ésta es mucha más maquiavélica– hay alguien para el que el acuerdo no es más que un papel mojado susceptible de tirarse por el inodoro si en un momento dado Pablo Iglesias decidiera recomponer la baraja para presentar un nuevo acuerdo incompatible con el que se acaba de firmar.
Desde Ciudadanos niegan rotundamente lo que con tanta alegría ha declarado Chacón, a la que dicho sea de paso, se le nota bastante que estaría más cómoda si el pacto se hubiera suscrito con Podemos. No cabe otra cosa. Si Rivera accediese a pasarle el Tipex al artículo segundo de la Constitución, estaría firmando su sentencia de muerte. Y si hay algo en lo que todo el mundo coincide es en que el líder naranja no tiene un pelo de tonto. Los que le conocemos desde años sabemos que además tiene principios. Una cosa es modular parte de su discurso y otra muy distinta, destrozar la médula espinal del mismo. A lo primero se le llama negociar; a lo segundo, pegarse un tiro en mitad del esternón. Llama mucho la atención, sin embargo, que no sea el propio Pedro Sanchez el que haya salido a desmentir a su secretaria de Relaciones Internacionales, sobre todo porque su silencio impide descartar la explicación «maquivélica» –la del inodoro– de todo este asunto.
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