José María Marco
Consenso nacional
Según ha informado un grupo de editores, es necesario imprimir una edición de cada libro escolar por autonomía, si no más. Así que a mucha gente le ha dado por imaginar que sería mejor un sistema centralizado. Es posible, pero no seguro. No menos probable es que el sistema centralizado habría tenido por resultado unos libros de textos más críticos aún, por no decir más destructivos de lo que lo son los autonómicos con la idea de España.
Esta es la realidad entre política, ideológica y cultural que ha prevalecido en nuestro país. Así se explica lo que ha venido ocurriendo desde hace cuarenta años con la construcción de la nación nacionalista en el País Vasco y en Cataluña, hasta llegar al intento de ruptura de estos días. Convengamos en que un fenómeno como este requiere una respuesta consensuada. Convengamos también que este consenso sólo puede ser consecuencia del que existe, aquí y ahora, acerca de España y de la naturaleza de la nación española. Pues bien, este consenso no va más allá del texto constitucional y en algún caso, como en el de la posible aplicación del artículo 155, ni siquiera alcanza a la totalidad de la Constitución.
En consecuencia, ahora mismo no se puede ir más allá de la respuesta legal, aunque previamente ya se hayan hecho muchas otras cosas de las que se prefiere no hablar, desde asegurar la solvencia de la Comunidad de Cataluña sea cual sea su situación financiera o aislar fuera –y dentro– al nacionalismo como nunca se había ni siquiera intentado hacer. Por otro lado, cuarenta años de construcción de la nación nacionalista han creado un clima de opinión que ha exasperado las tendencias particularistas propias de la sociedad catalana, por lo que si fuera de Cataluña el asunto es delicado, dentro alcanza cotas peligrosas. Después del 1-O se verá si los actores políticos y académicos han sacado la lección que se deduce de la frivolidad con la que han tratado el nacionalismo. Entonces, tal vez, el consenso mínimo elaborado en estos meses pueda servir para fundamentar algo más. Por el momento, lo mejor que se puede hacer es respaldar al Gobierno en una estrategia que es, visto de dónde venimos, la mejor posible. Con mucho.
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