Reyes Monforte
Cuentas claras
Lo de pagar impuestos siempre nos tuerce el gesto, que sólo relajamos si sabemos que una parte de ese dinero va destinado, no ya al bien de todos, sino a los más necesitados. En este tema siempre conviene ser muy claros. Por eso estaría bien que la Iglesia explicara con la transparencia y la claridad de la que hace gala el Papa Francisco I y que tan buenas críticas le han valido, a qué destina exactamente esas ayudas que recibe cada vez que el contribuyente marca su casilla en la declaración de la renta. Al parecer, más de la mitad de ese dinero va destinado a cubrir el sueldo de los religiosos, a financiar actividades asistenciales y pastorales y a la propia Conferencia Episcopal, y no tanto a instituciones muy unidas a la Iglesia como Cáritas o Manos Unidas. Instituciones que están haciendo una labor extraordinaria con las personas verdaderamente necesitadas, aquellas que están viviendo en una situación de pobreza y haciendo muchas veces una labor que le correspondería a los gobiernos. Me cuentan que estas organizaciones se benefician de lo ingresado en la casilla de otros fines sociales, lo cual puede confundir. Convendría que los responsables lo explicaran con claridad porque estamos en una época en que la solidaridad debe dispararse por parte de todos y, para ello, la transparencia siempre es un buen aliado. Hace unos días el Papa Francisco apostaba por dotar de más transparencia al Banco Vaticano a través de un acuerdo con el gobierno italiano para levantar secretos bancarios y auditar cuentas. Que cunda el ejemplo porque beneficiará a todos.
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