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La Razón
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Ayer fue otro de esos deliciosos días que se pierden los pobres españolitos que viven en ciudades pequeñas o directamente en un pueblo. Ayer fue otro de esos deliciosos días en los que piensas que Julio es un mes con un carácter muy agradable, simpaticote, bonachón, que ha tenido el detalle de mandar a muchos de tus vecinos a pasar unos días a descansar y que van a hacer de ese relax el tuyo propio. Ayer fue otro de esos deliciosos días de Julio en los que te echas a la calle con un poco de prisa y te vas a una esquina a levantar un brazo, a pesar de que ya no te conviene porque los tienes merlucero. Y justo cuando estás mirando al fondo de la calle buscando una lucecita verde caes en la cuenta: parece mentira que no hayas recordado que hoy hay huelga de taxis, so imbécil. Así que, aunque llevas prisa y tienes que hacer papeleos urgentes te metes en el bus que va hasta las manillas. Las calles van petadas de tráfico. Llegas a la boca de Metro que quieres y entonces te acuerdas también de que la línea que debías coger está cerrada. Entera. Cerrada. Pillas otra, das una vuelta a la ciudad que es un tour por Nueva Zelanda. Hace tanto calor en los vagones que te da un vahído. Pides que te dejen sentarte un poquito pero enseguida te das cuenta de que una niña mira el asiento como si estuviera disecada y tú cometes el error. Te quieres sentar, bonita. Y la bonita dice que por supuesto. Así que tú te quedas de pie, con un bajada de tensión, rezando porque no se te corte el cuerpo y la liemos mucho más. Y llegas al destino, subes quinientas mil escaleras y cuando te presentas en la ventanilla alguien dice que olvidaste un papelito. EL PAPELITO. Y quieres llorar, lloras y te vuelves a la casilla de salida de la Oca pero antes pasando por la cárcel. Así que justo cuando estás volviendo te acuerdas de Michael Douglas en «Un Día de Furia» y quieres una escopeta y salir matar gente o al menos a dispararle a los letreros de las franquicias de comida. Y te acuerdas de Bombita Darín en «Relatos Salvajes» y quieres nitroglicerina a espuertas. Pero eso fue ayer y ya pasó. Y hoy solo tengo dentista.