Ciudadanos

De negociaciones y resistencias

La Razón
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El PP y Ciudadanos se reúnen hoy por la tarde en el Congreso de los Diputados para negociar la supresión de los aforamientos políticos y la limitación de mandatos del presidente del Gobierno, dos de las seis medidas del pacto anticorrupción firmados por ambos partidos con motivo de la investidura de Mariano Rajoy el pasado mes de octubre. Por parte de Ciudadanos estarán presentes el portavoz en el Congreso, Juan Carlos Girauta, el secretario general del grupo parlamentario, Miguel Gutiérrez, y el vicepresidente primero de la Cámara Baja, Ignacio Prendes; y en representación del PP –que se sepa– al menos su portavoz en el Congreso, Rafael Hernando. Todos saben que el acuerdo no es fácil. Aunque estas modificaciones se deberían haber tramitado en los tres primeros meses de gobierno, la reforma de los aforamientos requiere cambiar la Constitución, mientras que para la limitación de los mandatos presidenciales a ocho años o dos mandatos, habría que cambiar tan sólo la Ley de Gobierno. El caso es que Rivera, que ya intuye que el tiro del presidente de Murcia le va a salir por la culata, amenazó hace unos días a los populares con que si no les apoyan en estas reformas buscarán otros partidos para sacarlas adelante. Mientras el PP, que sabe que debe que apoyar estas medidas de regeneración democrática, tiene claras dos cosas: que hay que salvaguardar una tercera presentación de Rajoy a la presidencia; y que tampoco puede prescindir ahora del apoyo parlamentario de Ciudadanos.

Rafael Hernando, que empieza a saber de negociaciones y de resistencias, se refirió la semana pasada a este acuerdo puntualizando que había que analizar «en qué sentido» se iban a llevar a cabo las propuestas del acuerdo de investidura y se refirió a los aforamientos, como si ese fuera el tema que más les preocupa ahora mismo. Pues no. Esa es una cuestión que necesitará un pacto de más partidos, al menos del PSOE, mientras que la limitación de mandatos del presidente es algo más preocupante a la vista de lo que hay.

Y lo que hay es una enorme incertidumbre en el PSOE con lo que pueda pasar en sus primarias y la fuerza del nuevo líder –o lideresa– que salga de ellas. Una fuerza necesaria no sólo para gobernar un partido deshecho, sino para concurrir a las generales –aunque aún quede tiempo– con unas mínimas garantías de poder ganar a Podemos y seguir liderando así al menos la oposición. Lo que hay también es una necesidad de que las medidas económicas sigan cumpliéndose. Y aunque Rajoy es consciente de que aún le queda tiempo, también sabe que al menos durante esta legislatura la soledad parlamentaria en la que vive no le va a permitir casi ninguna alegría.

Por eso limitar desde ahora sus mandatos –que Hernando tilda con acierto restricción de derechos– puede parecer sano a priori, pero en determinados momentos puede generar una gran inseguridad. La solución, aunque no va a ser fácil, tiene un resquicio para el acuerdo: el PP propondrá que, en este momento no se contabilicen los periodos en funciones para así conceder a Rajoy una tercera legislatura. Por eso hablan en el PP de evitar el efecto retroactivo mientras Rivera recuerda –un poco también para tocar las narices– que hasta José María Aznar ya decidió «autolimitarse» y no seguir un tercer mandato. Lo mejor fue cuando Rivera recordó que las «tres cuartas partes de los votantes del PP» apoyan esta limitación. Como si a él le hubiera preocupado alguna vez lo que piensan los votantes del PP. O quizá sí, porque sabe bien que pueden ser los suyos.