Angel del Río

Desde Rusia con pasión

Nuestros bisabuelos mandaban a Sebastopol o San Petersburgo a aquellos que deseaban tener lo más lejos posible. Hasta allí ha volado la delegación de Madrid 2020, una candidatura con vocación ganadora, para entrar en una feria del deporte, encontrarse allí con lo más granado del COI y compartir con ellos el día a día, porque las conquistas más largas se consiguen en las distancias más cortas. Los madrileños nos jugamos en este envite olímpico una ilusión colectiva; la alcaldesa, Ana Botella, quizá la única alegría política desde que ostenta el cargo y que puede ser decisiva en su futuro político a medio plazo. En septiembre, en Buenos Aires, pueden empezar a despejarse algunas dudas en este sentido.

La delegación dio ayer un mensaje claro y directo al corazón y la cabeza de los miembros del COI: nuestra ciudad está preparada; tiene ya hechas un 80% de las infraestructuras; atesora experiencia en la organización de grandes eventos deportivos y puede presumir de un extraordinario apoyo popular. Ahuyentó algunos fantasmas que sobrevolaban el recinto: el dopaje y la crisis económica. Hizo una extraordinaria exposición y las dudas quedaron despejadas. Sinceramente, no encuentro ni un solo argumento para que el 7 de septiembre, en Buenos Aires, no escuchemos que la ciudad encargada de organizar los Juegos de 2020, es Madrid.