María José Navarro
Donald
Servidora, que ya saben Vds que es tonta de remate, está muy contenta por la existencia de Donald Trump. Como le gusta que en la ciudad donde vive haya otro equipo que represente todo lo contrario a cómo entiende el fútbol, o como le encanta que tengamos de vecinos a los franceses. Se mejora mucho cuando se puede comparar. En el fondo, el tal Trump nos está haciendo un gran favor. Es la ley de la compensación: cuanto más hable este tipo sobre los hispanos y las mujeres, ambos colectivos estaremos más cerca de mejorar. Y si ya somos mujeres e hispanas, eso ya es el recopetín. Porque este señor de pelo mamarracho tiene algunas perlas sobre nosotras que son de euromillón. Por ejemplo, considera que los maridos no deberían darle a sus mujeres objetos de valor, que somos objetos estéticamente agradables, que el acoso sexual en el ejército es culpa del que ideó mezclar a hombres y mujeres, que no tienen importancia los comentarios contrarios que provoques si tienes una novia sexy, o que las tías que han salido con demasiados tíos han dejado de ser atractivas. «La mejor parte de las películas es cuando hacen callar a las mujeres». No os enfadéis, amigas. En realidad lo dice un señor mayor que no acepta que con su edad ya no se puede ir por la vida haciendo el ridículo y que ha salido y se ha casado con féminas a las que debemos un respeto: han tenido el estómago de tenerle al otro lado de la cama pero le han desplumado sin piedad. Alcemos nuestro Densia Huesos y brindemos por todo el bien que en el fondo hacen a la causa.
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