Alfonso Ussía

El antitaurino

El antitaurino
El antitaurinolarazon

Si después de superar los trámites establecidos, la Fiesta de los Toros es declarada Bien de Interés Cultural, volverán a celebrarse corridas en Cataluña. Rubalcaba no lo desea. El próximo martes, en el Congreso de los Diputados, se votará la tramitación de la iniciativa del Partido Popular, y según se lee y se oye, Alfredo Pérez Rubalcaba ha decidido que los socialistas no son partidarios de la Fiesta. Votarán en contra del proyecto. Un buen socialista no puede ser aficionado a los toros desde que la disciplina del voto le convierte en partícipe de la decisión del Grupo socialista en el Congreso. Intuyo que Rubalcaba es de los que creen que los toros son de derechas y los «camping» de izquierdas. El ecologismo no se ha apercibido todavía de que el toro bravo es un maravilloso animal que sobrevive en las dehesas gracias al cuidado de las ganaderías. Sin corridas, desaparecería ese prodigio misterioso. Todo se lleva a la política con una elementalidad intelectual extrema. Los toros, de derechas; el golf, de derechas; los «camping» de izquierdas; la energía nuclear, de derechas y la eólica, progresista. La montería y la cacería de perdices, de derechas. La de galgos, de izquierdas, quizá por la afición de determinados dirigentes comunistas como el camarada Romero. Pero muchos ignoran que Cayo Lara y Cañamero, el audaz cómplice de los saqueos de los supermercados de Gordillo, son cazadores de gran pericia de las gallináceas, y si dependiera del gatillo del rifle de Baltasar Garzón, que se está postulando como futuro dirigente de Izquierda Unida, no quedaría vivo ni un venado ni un jabalí en las sierras de Jaén. El mito del golf en España fue un «caddy» de Pedreña, Severiano Ballesteros. Y del tenis, un recogepelotas del madrileño Club de Tenis Chamartín, Manolo Santana. Un golf es un espacio cuidado, un cortafuegos, un paisaje en el que los árboles y la naturaleza se respetan y se cuidan hasta extremos inconcebibles, y se riega con agua reciclada. Pero hay que acabar con el golf porque es un deporte de señoritos, y hay que instalar más «camping» en España porque la mayoría de los usuarios son jóvenes con limitado poder económico. El estado de higiene y salubridad de un altísimo porcentaje de los «camping» españoles, especialmente los instalados en las inmediaciones de las playas, limita directamente con la repugnancia. Pero son intocables.

Creer que los toros son de derechas es no conocer los pormenores sociales de la Fiesta ni por asomo. Es una estupidez, simplemente. Tanto en las derechas como en las izquierdas hay taurinos y antitaurinos, pero la libertad de elección se le está negando a los primeros. Hay plazas de toros en España en las que para acceder al tendido o la andanada hay que soportar los insultos groseros de los antitaurinos adoctrinados y desplazados a los entornos de los cosos con el único fin de amargar la libertad de los aficionados. En Francia se han prohibido las manifestaciones antitaurinas en las tardes de toros en las cercanías de las plazas. Otro ejemplo más de la falta de complejos y el respeto por la libertad de los franceses.

Si el PSOE vota en contra de la iniciativa de declarar Bien de Interés Cultural a la Fiesta de los Toros, insultará a centenares de miles de sus militantes y millones de sus votantes. Todo, porque el que ha presentado el proyecto es el Partido Popular. Rubalcaba se ha equivocado mucho y en infinidad de ocasiones, pero ahora supera su capacidad para el error hiriendo la sensibilidad del pueblo, de una buena parte de los suyos.