El Consell con objetivo claro

Da la impresión de que la izquierda –PSPV, Compromís y Podemos- ha decidido emponzoñar la campaña electoral con acusaciones, justificadas o no, para ofrecer titulares mediáticos destinados a que la sociedad crea que el PP sólo gestionó a base de la delincuencia y la corrupción. El «calumnia que algo queda».

He elegido tres ejemplos de tan sólo cinco días. Uno, la deuda con Hacienda del IRPF de los funcionarios. Se lanza como si se tratara de un agujero negro, ocultando que se realizó mediante un acuerdo con Hacienda para aplazar el pago, aplazamiento que se carga con intereses. Como a cualquier ciudadano. Si el Consell de Fabra no hubiera tomado esa vía, hubiera habido recortes en sanidad, educación o dependencia. Así nadie salió perjudicado. Ni funcionarios, ni los usuarios de hospitales, colegios o asistencias sociales.

Dos, el acuerdo de ayer del Consejo de Cacsa para «iniciar acciones legales por el contrato del Ágora para un acto del PP». Mi amigo Rogelio duda de que haya delito y de que el Consell acuda a los tribunales. ¡Ojo! que los testigos no pueden mentir en sus declaraciones judiciales.

Item más, hoy se reúne no sé qué entramado de empresas para hacer declaraciones sobre la Fórmula 1, cuando lo debería haberlo hecho hace unos meses. La casualidad, revestida de inocencia, ha propiciado que se haga a tres días de las elecciones.

Como casualidad en el tiempo fue la publicidad dada desde el Consell a un informe sobre Ciegsa a pesar de que era provisional. La excusa no pudo ser más estrambótica «el ciudadano tiene derecho a la información». Les faltó decir «siempre que el perjudicado sea el PP». Así es la vida.