Miguel Ors
El «divino» Messi
L1 27 años
A sus 27 años, Messi es el rey de reyes. «Imparable, creativo, eléctrico, voraz, nadie como él, ni Alejandro Magno (¡toma comparación magna!). Ya, en su vitrina, 24 trofeos soberanos ¿Ha llegado a su cima? Di Stéfano empezó a ser el rey de reyes de su época a los 27 años, que esos eran los que tenía cuando llegó al Real Madrid. A esa edad inició su histórica carrera Di Stéfano «El Grande», pero a esa edad resulta que Messi ha sido ya coronado como «el único, como el mejor de todos los tiempos». Lo cual que un madridista con cargo de brillo en la estructura del club va y me suelta, mohíno:
–Qué peliagudo nos lo está poniendo Messi, tan peliagudo como en su día se lo puso Di Stéfano al Barcelona. Gran verdad esa de que donde las dan, las toman.
M2 España
Opinan unos, invocando el elástico y flexible derecho de la libertad de expresión, que el concierto de pitos en la final de la Copa del Rey en el Camp Nou «contra» el himno nacional no debe castigarse como delito.
–Sería excesivo, resoplan.
Otros no lo ven así. Los símbolos –proclaman– deben respetarse con la veneración de la buena educación. La democracia es también educación.
–¡Bah!, desdeñan con la veneración de la mala educación.
Un amigo mío lo ve así:
–En España, o se pita a la Constitución con silbatos independentistas, y no pasa nada, o se silba con pitos al himno nacional y tampoco pasa nada. Como somos «progresistas», hemos pasado de la España diferente y de la España de café para todos a la España de tócame Roque.
Mucho ruido por parte de Antiviolencia. ¿A que no hay sanciones de orejas y rabo? Como casi siempre, a lo sumo, pagarán el pato de los silbidos cuatro pazguatos.
X3 Disco rayado
Berlusconi, tan lumbrera en política, negocios y fútbol (trino, como el Barça), no acaba de comprender que Florentino Pérez haya prescindido de Carlo Ancelotti, «un gran entrenador y un gran señor», que opina. Tampoco, que Ancelotti le haya rechazado la oferta de volver al Milán.
–Vivir es aprender a no comprender.
Razón no le falta al gran señor del fútbol, de los negocios y de la política.
Un catalán, del Barcelona, Pepe Farinós, me da su pintoresca versión sobre la razón por la que Florentino ha echado a Carlo:
–En Madrid no habéis caído en la cuenta de que Florentino es el presidente en la historia del Real Madrid que más títulos ha visto ganar al Barça. Benítez, de todos los entrenadores que lleva coleccionados, es quizá, a pesar de que tiene detractores, el que puede dar a Florentino, sin embargo, la alegría de frenar al Barça.
Florentino, cada vez que cambia de técnico, suelta en la presentación del nuevo la consabida cantinela: «La exigencia es máxima (en el Madrid)». Me remito al archivo. ¿Por qué no le retocan el discurso? Disco rayado.
J4 París
Casi a la misma hora, Felipe VI en la Asamblea Nacional Francesa y Rafa Nadal, en Roland Garros. A Rafa, a pesar de que algo lo lastra, se le sigue queriendo y admirando multitudinariamente en Francia. «Nadal, eres el Napoleón de Roland Garros», leo. Napoleón y Nadal, que generosa comparación histórica. «¿Nadal en su cuesta abajo, ya?», se preguntan los agoreros. Nadal es el Lázaro del deporte español: perece y resucita. Nadal, a pesar de haber sido vencido por Djokovic, no se siente vencido: «Perdí en 2009 –dice– y no fue mi final. He vuelto a perder y tampoco es mi final». El profesor Lledó dice que «el entusiasmo es el motor de la vida». Lo que todavía destila el inmarchitable Nadal. Y a la misma hora, Felipe VI «arrasaba» en la Asamblea Nacional con un discurso bello, abierto, europeísta, ecológico, republicanamente monárquico, monárquicamente republicano. Resucita, Nadal. Sigue así Felipe VI, rey y republicano a la vez.
V5 Divino
Messi no es Dios, pero Messi, en el idioma tuareg, significa Dios, según Luis Racionero. Metafóricamente, lo es. Messi, hoy como «maaañana» (José Mota), es portada en toda Europa y en parte de las otras partes del planeta Tierra. Gracias a Messi, hasta los jugadores de la Juventus opinan «a favor» del Barça:
–Con Messi, el Barça es más favorito que nosotros. Obvio. Lo que ocurre –agrega el sigiloso y sabio y senatorial Pirlo– es que la Juve, contra pronóstico, ha «liquidado» a todos los «monstruos» europeos, incluido el Real Madrid.
A un solo partido, todas las finales, como el póquer, tienen un alto componente de azar.
Pero con Messi en la «timba», no sé, no sé. Messi es divino.
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