Iñaki Zaragüeta
El mismo rasero
¿Qué tienen los protagonistas de la corrupción en Cataluña, presuntos «of course», sobre todo si son de Convergència, que no tengan los del resto de España? ¿Tenemos que creer a las hijas de Félix Millet, ex presidente del Palau de la Música de Barcelona y posible comisionista de las adjudicaciones en los prósperos años de Jordi Pujol y Artur Mas a favor de Convergència Democrática de Cataluña (CDC), y no a otros como Ana Mato o Cristina de Borbón?
Resulta que Clara y Layla Millet declaran desconocer absolutamente que sus respectivas bodas fueron pagadas por el Palau de la Música y no se monta el «dos de mayo» que emergió en los otros casos referidos. «Nunca se me ocurrió en la vida que lo pagara el Palau cuando mis padres tienen capacidad económica», Clara dixit, o «nunca se me hubiese ocurrido que los fondos del Palau sufragaran mi enlace matrimonial», declaró Layla. Unas líneas, unos minutos y «causa finita».
Por el contrario, para Ana Mato la presión fue ilimitada, no niego que con razón pero con la misma que para los presuntos casos catalanes, por negarle credibilidad a que desconocía el origen del abono de los cumpleaños de sus hijos o del vehículo Jaguar que no veía en su propio garaje a pesar de que lo conducía su marido, Jesús Sepúlveda. Se le rechazó toda credibilidad, como a Cristina de Borbón a su negativa de saber los movimientos delictivos, ya hay condena, de su cónyuge, Iñaki Urdangarín.
Coincido con mi amigo Rogelio en otorgar la misma credibilidad a las hijas del enriquecido Félix Millet que a las mujeres de los otros dos «pavos». Igualdad para todos. Así es la vida.
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