Julián García Candau
El toque con variantes
Hasta el minuto 37 no disparó el equipo español a gol. Lo hizo Silva desde fuera del área. Hasta entonces y después, posesión absoluta del balón y sólo un susto de los adversarios. Nada de lo sucedido en la primera mitad fue sorpresa. Sí lo fue que Del Bosque se inclinara por Valdés y dejara a Casillas en el banquillo. También lo fue que un jugador que no estaba en la primera lista de citados, Michu, fuera titular. No fue novedad, que contrariamente a lo que se predica, el primer gol llegara de tiro desde el borde del área y el segundo, precioso de ejecución, con centro de Sergio Ramos desde la banda y Negredo, en plancha, al viejo estilo de los arietes clásicos, sentenciara el partido.
La noche no era para incertidumbres dada la diferencia de calidad. Allí se ganó por 0-4 y en Palma el público empezó a impacientarse ante el juego sin efectividad. Del Bosque renunció al nueve falso porque Andrés Iniesta llegó algo tocado y por ello Cesc Fàbregas ejerció de centrocampista. Reclamó al albaceteño para la segunda mitad en que los cambios posibilitaron defensa con tres hombres. Un error de última hora costó mínima ventaja en el marcador.
«La Roja» acaba ganando aunque hasta el momento de los goles abuse de cierta parsimonia. No parece comprensible que conociendo que el juego de «tiqui-taca» está muy visto y todos los adversarios optan por formar una barrera defensiva con diez hombres, detrás del balón no se busque más penetración por las bandas. Habría sido más eficaz contar con Jesús Navas junto al barcelonista Pedro. Éste fue el único que penetró con rapidez por su banda. El árbitro fue amigo.
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