Política
El trabajo del PP
Después de unas cuantas semanas de silencio, desde las filas podemistas han sacado a los medios al brazo paramilitar de la organización. Desde su atalaya particular y bajo el disfraz de que no está en primera línea, pero próximo a la cúpula morada, Juan Carlos Monedero ha sentado la posición de Podemos en el marco de la situación política actual.
Mitad desahogo, mitad exhibiendo una fría estrategia, se cebó con Pedro Sánchez, pero guardó algunas balas contra Errejón, contra Carmena e, incluso, contra el marido arquitecto de la exalcaldesa por su participación en la controvertida operación Chamartín.
De la entrevista en el diario El Mundo quedan algunas cosas claras. La primera, que Monedero se ha convertido en la voz oficiosa de Podemos. En un momento en el que los líderes políticos no se fían de nadie, ni siquiera de sus equipos, contar con un colaborador, entregado, leal y que, además, no tiene responsabilidad alguna, es un lujo.
Mantener una voz cualificada que no tiene poder orgánico, pero que es, al tiempo, altavoz de Pablo Iglesias pero no te vincula al líder con las opiniones expresadas, es un juego de malabares.
En segundo lugar, también quedó meridiano que Podemos ya ha entrado en clave electoral. Los empujones a Sánchez, tachándole de personaje limitado ideológicamente, atacando directamente a su tesis, cosa que hasta la fecha habían evitado los morados y dirigiendo unos cuantos improperios hacia la dirección socialista, solo ponen de manifiesto que Podemos no cree que vaya a haber negociación y han optado por entrar en campaña.
Eso sí, deseosos de alcanzar un acuerdo con los socialistas, han tenido la precaución de no haber realizado la entrevista ningún miembro de la dirección, por tanto, formalmente, Podemos mantiene su silencio y, si se produjese un giro de la dirección socialista, las palabras de Monedero serían un obstáculo perfectamente salvable por su carácter no oficial.
No obstante, el mensaje para los socialistas ha quedado claro: si hay convocatoria de elecciones, toda la campaña de Podemos va a ir dirigida contra el PSOE. La estrategia del 28A, de acudir a las elecciones como comparsa de Sánchez ha quedado atrás para Pablo Iglesias.
Tampoco están dispuestos a dejarse quitar la merienda por Errejón, para ello la estrategia es doble, tiende la mano a Manuela Carmena para aislar al ex número dos, al tiempo que le corta un traje a medida de colaboracionista con el Partido Socialista y de cercenador de la democracia interna podemista.
Con Carmena no todo ha sido limar asperezas, insinuando que entrar en confrontación con Podemos podría tener coste familiar, en relación a la famosa operación urbanística, es un aviso en toda regla.
Viendo la respuesta de Monedero, queda claro que Iglesias no está dispuesto a renunciar el arma de ataque que supone la presunción de culpabilidad que es el haber gobernado en un país como España.
En definitiva, parece que veremos una campaña en la que el trabajo del PP lo hará Podemos y, por su parte, el del PSOE lo cubrirá Ciudadanos.
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