Marta Robles
Ellos también se rompen
Anteayer, cuando Ronaldo se lesionó en el partido del Real Madrid-Borussia me eché a temblar. «Otro que cae en esta dura temporada», pensé. Parece que el asunto no fue para tanto en su caso, pero en el de muchos de sus colegas los ha dejado fuera de juego. Ahí están Víctor Valdés, Jesé Rodríguez, Diego Costa... Tres jugadores de los tres grandes equipos españoles (el Barcelona, el Madrid y el Atlético), los clubes de calidad que suelen estar en todas las competiciones y cuyos futbolistas llegan tan agotados al final de la temporada que a unos les cuesta una lesión gorda, como a los citados, y a Aotros alguna no tan importante, pero suficiente como para apartarlos del campo, como ha sido el caso de Piqué y de Thiago.
Más allá de lo mal que lo pasan, porque romperse no le gusta a nadie y porque ellos saben bien que su estrella y su caché depende de su última actuación y que no son, precisamente, eternos, los aficionados miramos su «tragedia» con preocupación, pensando en el Mundial de Brasil, que está a la vuelta de la esquina y que, como sigan cayendo los más grandes en la Liga y la «Champions», va a contar con una Selección española bastante mermada.
Habría que preguntarse si existe la fórmula para evitar tanta lesión de final de temporada; pero claro, todos queremos que los nuestros jueguen hasta su propio límite si es necesario, con tal de que eso le procure un buen resultado a nuestro equipo... Y, a veces, ese límite es mucho más tangible de lo que creemos y se traduce en una lesión. Las cosas, si las fuerzas, se rompen. Y las personas también. Aunque sean futbolistas.
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