En la senda de Trump

El Sporting, antepenúltimo, 13 puntos en 20 partidos, ha fichado a Lacina Traoré para huir de la quema en la segunda vuelta, aunque huele a chamusquina. En Mónaco han celebrado la mudanza del costamarfileño al tiempo que se han compadecido del equipo asturiano. Traoré es un bigardo que mide 2,03, tan alto como LeBron y sospechoso de manejar con más pericia la pelota de baloncesto que la de fútbol. Rubi querrá utilizar el torreón para amedrentar al contrario, pero matador no es. Tras dos cursos en el Principado, 35 partidos y 11 goles.

Será Lacina una de las estampas ligueras en esta segunda vuelta con tanto por decidir. El que menos falla por arriba es el Madrid, mas su juego no invita a confiarse. En algunos partidos le puede la pachorra, como a sus rivales en otros. El Barça ha dejado de ser una apisonadora y sorprenden más sus deslices que las genialidades de Messi. El rodillo de Guardiola es pasado y con Luis Enrique los vaivenes son más habituales de lo recomendable. Barrió al Atlético en el Calderón en el primer tiempo y en el segundo tuvo que protegerse de un vendaval. No hay en la Liga, y tampoco en el fútbol europeo, menos aún en el americano, un equipo avasallador, inalcanzable; un líder con esa chulería innata de Donald Trump, que se postula como el salvador de Occidente con la suficiencia de John Wayne. «El mundo tiene problemas, pero yo voy a arreglarlos, ¿ok?». En el Madrid empezaron a vender el «triplete» y han tenido que devolver las entradas. Ahora asoman esa patita en Barcelona. Si vas de Trump, tarde o temprano te van a partir la cara.