Pamplona
Eso..
El otro día estuve en una discoteca y un patético machito hizo el ridículo. Qué antigüedad lo de ir a una discoteca, la verdad. Hizo el ridículo el machito porque calculó mal su ecuación. Pensó que siendo servidora soltera, sin novio y siendo, además, bailona, lo que estaba pidiendo era «eso». Tenía dos opciones: montar un pollo y llamarle imbécil o irme a mi casa, así que la broma me retiró a mis aposentos porque a los cincuenta años ya lo único que no se te puede descolgar es la educación. Estamos viviendo las mujeres un momento difícil. Nunca ha sido sencillo, la verdad, pero últimamente regresa lo peor de los hombres y mucho más si van en grupito. El otro día Espejo Público en Antena 3 pudo demostrar, gracias al arrojo de una periodista lo que nosotras ya sabíamos: que a pesar de las campañas, advertencias y consejos, en las fiestas de Pamplona se sigue acosando a las mujeres. Esta chica se fue a la capital navarra para mostrar, en primera persona, cómo se viven los Sanfermines. Cuando se quedó sola, comenzó a grabar con su móvil. Y ahí vimos la realidad. Ahí se puede comprobar y sentir hasta dónde intentan llegar algunos jóvenes con las mujeres que también participan en el festejo. Por los testimonios escuchados, las chicas aseguran haber recibido muchos tocamientos y sentir miedo. En el vídeo también se comprueba que ellos piensan radicalmente al contrario y opinan que hay ciertas mujeres que incitan si van con minifalda y escote y que algunas parece que van buscando «eso». Eso. Pedazos de mierda. La reportera pudo notar en sus propias carnes cómo se las gasta la manada. La intentaron besar a pesar de su negativa y de su insistencia en que la dejaran. Hoy vuelve a ser Pamplona pero mañana será en cualquier otra feria, otra verbena, en cualquier calle. Ah, pero eso sí, no lo digamos muy alto ni seamos feministas que nos ponemos muy molestas y muy intensas. No sé qué leches le pasa al género masculino, pero está desaprendiendo. O quizá es que nunca aprendió. O quizá es que yo me he radicalizado y soy una amargada y odio a los hombres, ¿a que sí?
✕
Accede a tu cuenta para comentar