Carlos Rodríguez Braun
«Eugénie Grandet»
Gracias, como siempre, a Begoña Gómez de la Fuente he podido leer «Eugénie Grandet» de Balzac (Mondadori, buena traducción de Joan Riambau). El lado económico del famoso escritor francés es conocido (véase Francisco Cabrillo, «La quiebra como tema literario: Balzac ante el Tribunal de Comercio», en L.Perdices y M.Santos, Economía y Literatura, Ecobook, 2006). En esta novela se habla mucho de negocios, con una visión muy crítica, como amarga es su ponderación de la naturaleza humana. El señor Grandet, hombre de negocios y padre de la romántica protagonista, perpetra toda suerte de engaños y trampas. Durante su etapa de alcalde «había hecho construir en interés de la ciudad unos excelentes caminos que conducían a sus propiedades», y acaba despojando de sus bienes a su propio hermano quebrado. El reproche de Balzac al liberalismo desamortizador está justificado, como lo está la alusión que hace en el mismo sentido Clarín en «La Regenta» (http://goo.gl/drcGT). Menos justificada está la visión lúgubre de los negocios (que a Balzac le salieron siempre mal, como recuerda Cabrillo) y la condena genérica a las actividades económicas y al (no por casualidad llamado) vil metal: «¿No es el Dinero en todo su esplendor, expresado en una sola fisonomía, el único dios moderno al que se profesa fe?». Me interesaron, asimismo, las abundantes referencias a la operativa bancaria y mercantil, en particular sobre las quiebras, y una divertida alusión a Bentham por su defensa de la usura.
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