Rosetta Forner
Explotadores
El hecho de que hubiesen usado la enfermedad de su hija para «dar lástima», enriqueciéndose así por la vía rápida, no presagiaba nada bueno. Unos padres que usan así a su hija son unos explotadores. No sólo la curación de la niña les importaba menos que un pepino, sino que no les interesaba que curase pues, de hacerlo, se hubiese acabado «la fuente de ingresos» –lograron recaudar la nada despreciable cifra de 918.000 euros, los cuales no han destinado a tratamientos sino a vivir como ricachones–. El instinto maternal y paternal, ¿existe o es un mito? En este caso, no está ni se le espera. El amor no nace al calor de la genética sino de la calidad y cualidad del alma. Dependiendo de los valores que alberguemos en nuestras alforjas, así nos conduciremos por la vida. Mi abuelo sostenía que a muchos deberían examinarlos antes de ser padres, ¡cuánta razón tenía! ¿Qué pasaba por la cabeza de los padres de Nadia para someterla a la vejación de usarla como objeto en todos los sentidos? ¿De qué calaña están hechos? ¿Son psicópatas o simplemente malnacidos? La inmadurez emocional de muchos padres hace que usen a sus hijos como «cubos de sus miserias emocionales», o como vicarios de unos sueños no alcanzados –por ejemplo que el niño sea futbolista, médico, pianista... o que la niña sea modelo–. He conocido a padres cuyos hijos, al haberles salido muy monos, hacían de modelos: los explotaban miserablemente, ya que los niños estaban siempre de rodaje en rodaje en lugar de jugando, estudiando o descansando, esto es, de dedicarse a ser niños. Las conductas explotadoras de ese tipo de padres pasan desapercibidas al haberse normalizado hasta que llega un caso como el de Nadia, que nos deja el alma a cuadros. En el papel, en el siglo XXI, los niños tienen muchos derechos. Sin embargo, en manos de adultos de gran inmadurez psicológica están desprotegidos y no hay derecho que interceda por ellos y los salve de este tipo de «explotación» o humillación, y acaban convertidos en «juguetes rotos». No son padres, son negreros.
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