Irene Villa

Frenar el ciberacoso

Existe una realidad a la que no podemos dar la espalda. Comienza de una forma sencilla y cercana: desde un ordenador en casa, en el colegio, o desde un terminal telefónico en un autobús que ofrece wifi gratis abordo... y tristemente ha desembocado en demasiados casos de suicidio. Me refiero al abuso de menores en la Red. Aún no tienen las herramientas para afrontar el acoso perverso y monstruoso de esos desalmados que se esconden en la red para seducir, manipular y después amenazar a los pequeños, a los que acosan sin cesar dejándoles sin escapatoria. Para evitar todo este tipo de crueldades y especialmente llegar a atajar ese trágico e irreversible final que eligen los abusados que acaban con su vida, nació hace cinco años la Fundación Alia2, que lucha para proteger los derechos de los menores en Internet, fomentando un uso seguro. El principal refugio es la familia, pero a ciertas edades y aunque alimentemos su autoestima y seguridad para impedir su vulnerabilidad, el uso que hacen de la Red no es todo responsable que debería. Lo vemos por ejemplo en las redes sociales, donde sin cuidado ni privacidad, exponen fotos en las que queda patente la creciente «sexualización» de las menores, un regalo ideal que no desaprovechan los pedófilos que dinamitan la alegría y la libertad de sus víctimas. Su Majestad la Reina Doña Letizia, también muy sensibilizada, quiso mostrarnos su apoyo y congratularse por respaldos como el del Grupo de Delitos Telemáticos de la Guardia Civil o la Brigada de Investigación Tecnológica del Cuerpo Nacional de Policía. Juntos podemos frenarlo.