«Gymkana»

Estupendo me parece que las pruebas para obtener el carné de conducir sean eso, pruebas, y no jeroglíficos ni absurdos ejercicios de memorización que de poco sirven a la hora de ponerse al volante, como viene sucediendo hace años, supongo que para llenar los bolsillos de las autoescuelas y de la propia DGT, en cuestión de tasas y de derechos de examen. Que un aspirante a conductor sepa interpretar una señal, comprobar el aceite o cambiar una rueda suena lógico. Pero también espero que la DGT y este Gobierno, que al igual que el anterior parece enloquecido por hacer cuantas más leyes y normas mejor para tener al ciudadano más sujeto que satisfecho, cumpla con su obligaciones, entre otras, el buen estado de las carreteras, dejar de utilizar a la Guardia Civil y la hipócrita excusa de la seguridad para recaudar dinero a la desesperada – como se está haciendo en todos los ámbitos con un descaro inaudito– y una buena señalización, que en muchas carreteras españolas son de juzgado de guardia y no sé yo qué examen habrá pasado el responsable de semejante desatino. Veo bien que sustituyan el incoherente «aparque en curva marcha atrás» por el «diríjase al Ayuntamiento pasando por la plaza de toros». Pero siguiendo algunas indicaciones, como que el profesor de autoescuela le diga al alumno «Tome la dirección centro ciudad atendiendo a la señalización» no llega ni con un experto en gymkana.

Mejorar las pruebas está bien, pero para todos. Es muy fácil dictar normas para los demás cuando quien lo hace no las cumple. Y sólo hay que ver el desastre del Madrid Arena, ese agujero negro de permisos y responsabilidades, para entender lo que pasa.