Elecciones generales
¿Ha servido de algo el 20-D?
Es lógico que muchos españoles estén irritados por la situación política y la repetición de elecciones. Hace pocos meses acudieron a las urnas y, nos gusten o no los resultados, votaron a unos partidos que han sido incapaces de ponerse de acuerdo para formar un gobierno. Creo que todo el mundo ha aprendido la lección y estoy convencido que la nueva convocatoria será muy útil, porque tenemos una mayor información sobre los cuatro principales partidos. Es evidente que hay diversas interpretaciones sobre lo que ha sucedido y que todos intentan elaborar un relato que les resulte beneficioso, pero hay que descartar, por supuesto, una tercera convocatoria. Estoy convencido de que surgirá un gobierno tras el 26-J, salvo que queramos ser el hazmerreír europeo y generar una desafección tan enorme que sería impensable que alguien fuera tan insensato como para impedir la estabilidad que necesita España. El propio Pedro Sánchez aseguró en la reunión anual del Círculo de Economía que no habrá unas terceras elecciones. Es cierto que sus palabras permiten varias interpretaciones, pero es positivo que afirme que no piensa vetar a ninguna fuerza política. Desde luego intentará ser presidente del Gobierno, pero parece razonable pensar que no se repetirá el espectáculo de un debate de investidura para cosechar un sonoro fracaso. Estamos en campaña y escucharemos declaraciones de todo tipo, algo que en ocasiones resulta bastante tedioso, pero parece sensato esperar que haya más seriedad, responsabilidad y sentido de Estado para permitir un gobierno estable. Otra cuestión distinta es el coste que tenga que asumir quien quiera alcanzar la presidencia del Gobierno. El resultado electoral, es una obviedad, reflejará la opinión de los votantes sobre los movimientos de los diferentes partidos y líderes durante estos meses. El PSOE apostó claramente por marginar al PP, que había ganado las elecciones, y esa política de vetos me parece un grave error. Por su parte, los populares sufren el desgaste de la corrupción aunque no sean casos nuevos sino la insistente utilización de aquellos que han marcado este periodo de gobierno. No son consecuencia de la gestión de Rajoy, pero se usan para desgastarle porque todas las encuestas indican que no solo ganará sino que ampliará el resultado del 20 de diciembre. Por ello es el adversario a batir. Es un tema electoralmente agotado, aunque sus rivales lo seguirán utilizando. Ciudadanos tiene el problema del voto útil, que puede favorecer al PP. Esto se agrava porque Rivera optó por la férrea alianza con Sánchez y creo que los antiguos votantes populares que le apoyaron no han visto con buenos ojos ese giro a la izquierda. Podemos sufrirá una constante campaña de descalificación. La campaña se ha polarizado. Sánchez y Rivera coinciden en atacar tanto a Rajoy como a Iglesias. Es algo que favorece a estos últimos. Todos vamos a las urnas con mayor información y espero que con un mejor criterio.
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