Alfonso Ussía
Honor y basura
He visto el desfile, y como siempre, me ha emocionado. El honor desfilando ante el Rey. La decencia, la honestidad, el sacrificio, el patriotismo y la abnegación. Previamente había leído en el diario «El Mundo» un trabajo firmado por Gonzalo Suárez. Una basura. No el trabajo, magnífico, sino el contenido. Según nos cuenta, hay 28 infiltrados de «Podemos» en nuestras Fuerzas Armadas. Son 28 bolivarianos-cubanos-coreanos los que desean quebrar todas las normas y conceptos de los Ejércitos más añejos del mundo. Es decir, que llega al Inmemorial del Rey, creado en el siglo XIII el reservista de «Podemos» Juan Manuel Ojeda, y ocho siglos de heroísmo y lealtad se ponen a temblar. Necios.
Si estos 28 infiltrados lo hubieran hecho en los ejércitos de Corea del Norte, China, Cuba o Venezuela a esta hora estarían diestramente pasados por las armas, o encerrados en las cloacas de la tortura. ¿Qué Fuerzas Armadas desean establecer los iluminados de «Podemos»? Les aseguro que no bromeo. Diez son sus propuestas. «Obligatoriedad de someter a “referéndum” la participación de las FAS en misiones exteriores».
No les sirve la mayoría parlamentaria. «Supresión de privilegios para altos cargos dentro del Ejército, como viviendas de cargo o coches oficiales». Me gustaría que entendieran estos ignaros que todo alto cargo requiere su representatividad. Que le digan a Raúl Castro o a Maduro que se muevan en taxi. Un teniente general o Almirante, cuando pasan a la reserva, cobran de jubilación en un año lo que percibe en dos meses el dirigente de «Podemos». «Permitir camaretas mixtas inviolables sin orden judicial». Para proceder al fornicio no es necesario ser militar. «Eliminar la participación del Ejército en ceremonias religiosas y suprimir referencias patronímicas». Es decir, que va a llegar el reservista comisario Ojeda a Marín y va a quitar a la Virgen del Carmen. A Toledo, y a arrestar a la Inmaculada. A San Javier, y meter en el calabozo a la de Loreto. A Valdemoro, y expulsar a la Virgen del Pilar, o a Málaga y prohibir a los legionarios que saquen en procesión al Cristo de Mena, el de la Buena Muerte. A ver si hay cojones. «Suspender los roles de superioridad y subordinación. Que la obediencia sea motivada». Como en Cuba, vamos. «Impedir y castigar el uso de animales como mascotas». Influencia de Excálibur. «Que todos los militares cobren las mismas dietas en misiones y maniobras». De acuerdo. No hará falta estudiar para ser oficial. Todos cobrarán lo mismo. Y también todos los militantes de «Podemos» percibirán la misma cantidad que Pablo Iglesias se embolsa cada vez que cobra en el Parlamento Europeo o interviene en La Sexta. «Someter al jefe de las Fuerzas Armadas a “referéndum”». Caray con la manía de los «referéndum». ¿Quién votaría? ¿Todos los españoles, sólo los militares o los miembros del politburó de «Podemos»? Nos lo expliquen, por favor. Y «Fin de las puertas giratorias». Menos mal. Las puertas giratorias tienen escasísima presencia entre los militares.
Estos antiespañoles teóricos y necios piensan, de verdad, que todo eso es posible. Por favor, que viajen a los países con regímenes comunistas y comprueben, si desean comprobarlo, la diferencia que existe entre la disciplina –imprescindible– de un Ejército occidental, y la disciplina –brutal y férrea–, de unas Fuerzas Armadas comunistas. Y la diferencia de salarios. Y la diferencia en los derechos del soldado. Y la diferencia entre la vocación y la obligación imperativa. Y la diferencia, sobre todo, entre el honor y la basura. El honor de nuestras Fuerzas Armadas y la basura que proyectan expandir sobre ellas. Y como es el Día del Pilar, ¡Viva España!
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