Insensateces

No sé si se han enterado de que Padre y Altibajos han estado en Japón. Oigg, de verdá, que alto es Padre y qué bajicos que son los chinolis. Yo creo que soy más alta que el emperador, fíjate tú. Qué gente más graciosa y qué reverencias todo el rato. He visto a Padre pegar cabezazo y no se puede estar más envarao, bendito sea Dios, qué barbaridad. Con lo de ser cercanos es que se nos está yendo de las manos esto y ya no sabemos ni cumplir con los protocolos. Venga de abrazos y de besos, con lo que son los japos que no te tocan ni con un palo. Altibajos ha ido muy mona de armario, la verdá. Muy mona. Pero vamos, que la he reconocido en las fotos de milagro y porque iba del bracete de Padre. Qué se ha hecho esa mujer, Virgen Santísima. Pero es que es una rueda Michelín. Pero si tiene el moflete a la altura de la ojera. Qué será lo próximo. Convivir con Kimera, la madre de Mélodi. O con Paco España. Es que está a una parada de autobús de Paloma San Basilio. Que dicen algunos periodistas que son muy graciosos que era por las doce horas de vuelo hasta Tokio. Justamente, no se te hincha nada más que la cara y a la altura del bisturí. Que yo soy Masako y saludo a la traductora que tiene los ojos menos rasgados. El caso es que se han ido unos días y he aprovechado para llamar al primo Pipe y preguntarle si el perreo está mal visto en esta familia o el abuelo ya nos da cobertura para lo que tenga que pasar, que nadie se va a sorprender. Es que me encanta el reggaeton. El otro día le dije al Richar «ven, que vamos a bailarnos el Traicionera y te va a cambiar la vida. Y no te despistes que igual te como la boca». Fui y se lo conté a Altibajos y, o lo de la cara es pringue, o es alergia a servidora. Madre mía qué escándalo me montó. Qué rabia ser una incomprendida. Con lo buena que soy, que salgo en las fotos que es pa comerme. Bueno, nada, que me voy que tengo timba de cartas y hoy toca cinquillo.