Ayuntamiento de Madrid

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La Razón
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El equipo de gobierno del Ayuntamiento de Madrid ha tenido una idea que me fascina: para evitar las aglomeraciones por las compras navideñas y en dos calles muy céntricas que desembocan en la famosa Puerta del Sol, va a regular a los peatones como si fueran coches. Esto significa que tendremos que ir todos en la misma dirección, sin posibilidad de volver sobre nuestros pasos o acceder por la punta de la vía que nos convenga. El Ayto. de Madrid ha tenido otras ideas que son más lógicas y que pretenden aumentar la seguridad durante esos días porque, con la que está cayendo y con las cosas que ya hemos visto (recordemos sin ir más lejos el atentado de Barcelona), intentar controlar mucho más que no nos llevemos sorpresas parece de lo más sensato. Vigilar las actuaciones callejeras, o evitar que los vendedores de lotería se coloquen a las salidas de las bocas de metro son medidas más que razonables, pero esto de las procesiones humanas me tiene completamente fascinada. Todos en filita y vigilados por la policía municipal que vendrá a llamarnos la atención con el dedito enhiesto si se nos ocurre repensarnos volver a esa pastelería donde vimos unos bocaditos de nata muy apetecibles. Habrá que dar toda la vuelta y volver a entrar por el sentido que nos marquen. Yo, con todos los respetos, le digo al equipo de gobierno del Ayto. de Madrid que eso lo tengo que ver yo. Si Vds consiguen que por unos días los españoles seamos japoneses, nos comportemos como japoneses, respetemos las normas como japoneses y tengamos el sentido cívico y la responsabilidad social de los japoneses, me encadeno a Neptuno e inicio huelga de hambre que me hace más falta que el comer. Yo aporto a la idea un detalle: a la entrada de la calle que repartan unos platos de plástico para que podamos llevarlo a modo de volante, que es como suele ir el español en los buffets libres de los hoteles. Los comerciantes de la zona están que trinan porque cualquier duda será letal, cualquier titubeo que tengamos nos provocará pereza y quién sabe si el ánimo nos abrazará de nuevo para dar la vuelta y entrar a pasito militar y ordenaditos. Qué cosas inventamos y qué divertido va a ser ver el desfile.