Ely del Valle
Ir para nada es tontería
La moción de censura de Podemos se está convirtiendo en una «performance» en toda regla. De entrada, se anunció a bombo y platillo, sin programa alternativo, sin candidato en firme y, lo que es peor, sin otros apoyos que la de un par de grupos minoritarios. Daba igual: la cuestión era copar titulares y reivindicarse como el único partido con los bemoles de plantarle cara a Rajoy.
Ahora, cuando no ha pasado ni una semana desde que los morados la registraron y ya hay fecha para su debate, son sus socios valencianos los que se descuelgan con que sería mejor esperar a ver si el PSOE de Sánchez decide terminar de suicidarse sumándose a la iniciativa porque, oh sorpresa, la suma de los censores apenas rebasa la mitad de los diputados. Por supuesto, Podemos no va a dar marcha atrás por la sencilla razón de que su intención no es ni la exponer un programa de gobierno ni la de demostrar algo que no puede –sino la de experimentar la sensación de subir a la tribuna y poder poner a Rajoy y a su partido como hoja de limonero durante un ratito largo sin que la presidenta del Congreso haga sonar el despertador.
Tampoco es que Mónica Oltra crea que con tiempo y una caña Sánchez va a caer en la trampa, pero teme que el discurso de Iglesias deje en evidencia que el emperador no tiene traje, o lo que es lo mismo, que la exposición de las medidas que Iglesias y sus socios promoverían en caso de llegar a la presidencia del Gobierno haga salir huyendo al personal hacia otras formaciones menos histriónicas en materia ideológica; de ahí que ahora intente convencerle en vano de que si hay que ir se va, pero que ir para nada y sobre todo, ir para estrellarse, es una solemne tontería.
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