Restringido

La cacería

En la izquierda se ha desatado el hambre de poder. Han olido la sangre de la pieza herida y se organizan en manada para acabar con ella. La cacería contra la derecha es en campo abierto, a la luz de todos, sin disimulos. La principal discusión entre Pablo Iglesias y Pedro Sánchez se reduce a quién lleva la iniciativa en esta operación de «desalojar a la derecha de las instituciones», que es el lema acordado. No es un asunto menor. Acabada la cacería, con un mercadeo infame de pactos y recelos mutuos, se trata de determinar quién manda en la izquierda. Eso es lo que se ventila. Por eso es fundamental saber quién sale de la cacería con ventaja. El pulso está en todo lo alto. Podemos aspira a encabezar en noviembre el frente amplio de izquierdas, un conglomerado de fuerzas sociales, con el que tocar el cielo del poder y dejar al PSOE maltrecho, como le pasó en Grecia al Pasok, o como un simple complemento. La persecución de la derecha es el necesario juego de distracción para atraerse a los socialistas a su terreno y luego despedazarlos. Eso es lo que piensan los experimentados barones del partido que sorprendentemente siguen callados. La única que ha advertido de la jugada en alto es la andaluza Susana Díaz, la única que sostiene todavía al partido centenario en las urnas y que se ha convertido en líder moral del mismo. Esta cacería no se corresponde con la voluntad popular, que ha erigido al partido más representativo de la derecha en la fuerza más votada, ni concuerda con esa misma voluntad del pueblo a favor de un nuevo estilo de negociación, de pacto y de respeto mutuo, sin exclusiones, recuperando el espíritu de la Transición. Se hace todo lo contrario. Y esto es lo preocupante. De la trasversalidad y el «no somos ni de derechas ni de izquierdas» hemos pasado a un frente de izquierdas contra la derecha. Es peligroso que vuelvan las jaurías a la política. El ansia de poder obnubila y, como dice Bertrand Russell, «el hombre embriagado con el poder está desprovisto de sabiduría, y mientras gobierne al mundo, el mundo será un lugar desprovisto de belleza y alegría». Es lo que empieza a pasar aquí entre unos y otros.