Julián Redondo

La mujer del futbolista

A Cristiano y a Irina se les rompió el amor y dicen que para el jugador fue un duro golpe separarse de la modelo rusa. El Gran Gatsby del fútbol mundial estaba tan colado por esta escultural y contemporánea Daisy Buchanan que durante unos partidos se distrajo de lo que de verdad le interesa, el gol, lo que le absorbe. Incluso llegó a rumorearse que dejó de ver portería porque en su cabeza no cabía otra imagen que la de Shayk. Si sucedió así, ante el Granada demostró haber superado el mal de amores y frente al Rayo ratificó la cura total al marcar su gol número 300 con el Real Madrid. Una barbaridad.

Irina aceptaba un papel secundario cuando se dejaba ver junto a Cristiano en contados actos sociodeportivos. No era la mujer que guiaba sus pasos y, por muchas razones, distaba mucho de ser la Dinorah Santa Ana de Dani Alves. El jugador del Barcelona hasta el 30 de junio próximo se divorció de su esposa en 2011, pero no rompió la relación laboral que mantenía la pareja. Dinorah se ocupaba de los asuntos profesionales de su marido y lo sigue haciendo. Es agente FIFA y ha negociado con el Barcelona la continuidad de Alves, que no ha sido posible. El Barça ofrece renovar de año en año y así hasta un máximo de tres, si llegara a jugar el 60 por ciento de los partidos de cada temporada. El PSG le garantiza los tres cursos y mejores condiciones económicas. No hay que ser un lince para adivinar dónde jugará el lateral derecho azulgrana dentro de tres meses, aunque éste es un dato que no ha querido desvelar ninguna de las partes de este ex matrimonio tan bien avenido.