Reyes Monforte

La mula al trigo

Y vuelta la mula al trigo. Y no hablo de las mujeres maltratadas que denuncian o no, –total, para lo que les sirve a algunas, dado el inmovilismo de la administración política, judicial, policial,... ¿Cuántas veces mas vamos a escuchar que la nueva víctima denunció hasta en 3 ocasiones? ¿Para cuando la maquinaria que debe accionarse tras una denuncia lo hará sin mas?–. Según algunos, las victimas minimizan el delito cuando acuden a declarar. No se han debido enterar que el síndrome postraumático puede empujarles a ello. La culpa no es de las víctimas, sino de los que no las protegen. No entiendo porque cesan a los responsables policiales que no evitaron la muerte de un tío de pelo en pecho que quedó para zurrarse con otros antes de un partido de futbol, y sin embargo, ningún juez, policía o político dimite –qué candidez la mía– o cesa cuando no ha sido capaz de evitar una muerte por violencia de género.

Lo de la mula al trigo es por los políticos, esos mismos que tardaron 11 años en aprobar una ley inútil. Esos que a la hora de abordar el drama argumentan que acaban de llegar o se desgañitan encumbrándose en adalid de las víctimas, como si ellos no hubieran colaborado en redactar una norma que no sirve de nada porque resulta inviable ante la carencia de medios económicos, humanos y de formación para ponerla en marcha. Que sigan tirándose los tratos a la cabeza, que las muertes por violencia de género seguirán. Y no pararán hasta que no cambien el chip, y no precisamente el de las pulseras telemáticas, que ni hay para todas ni se esperan. Y no por la crisis sino por la ineficacia.