La transparencia de Tania

Éstos de Madrid, me refiero especialmente a políticos, periodistas y similares, a veces parecen avestruces, por aquello de meter la cabeza bajo el ala y así esconderse de la realidad. Siguen diciéndote «la que tenéis liada en Valencia con Compromís» cuando el escándalo, desde cualquier lado que se mire, está montado en Madrid. Cuando no son los electos municipales con sus tuits, los asaltos a capillas –católicas, «of course», porque con otras no se atreven– o el alzamiento de bienes para no indemnizar a los trabajadores, es Tania Sánchez, la ex de Pablo Iglesias y ex candidata fallida de Izquierda Unida. En definitiva,una más de Podemos. Esta defensora de la transparencia y la limpieza administrativa pasó ayer de puntillas ante los periodistas y prefirió que fuera su abogado quien diera explicaciones tras comparecer ante el jJuzgado por presuntos delitos contra la Administración Pública, malversación y tráfico de influencias por haber participado como concejala de Rivas-Vaciamadrid en un trato de favor a su hermano Héctor.

Y ¿cuál fue la explicación de su letrado, Gonzalo Boye? Que Tania desconocía estar refrendando una adjudicación a su allegado, «porque no iba a revisar las 40 páginas del orden del día». ¡Toma ya responsabilidad! No quiero imaginar lo que saldría de su boca, lo que ha salido de su boca, por bastante menos cuando la imputación ha sido a un político del PP o del PSOE.

Como decía antes, es una más. En tan pocos días, Carmena ve normal lo del asunto de la empresa de su marido, al igual que las vilezas de Zapata sobre Irene Villa, Marta del Castillo o los judíos. O las de Soto incitando contra Ruiz-Gallardón. ¿Qué pasa en Madrid? es la pregunta. Así es la vida.