Gaspar Rosety

La vieja Olimpia

La candidatura de Madrid 2020 es la mejor. Serían los Juegos de toda España. Se aprovecharían las excelentes comunicaciones de alta velocidad para compartir subsedes y los costes de construcción en estructuras e infraestructuras se verían altamente superados por la rentabilidad económico-financiera de su destino. Si a ello añadimos que se crearían más de trescientos mil empleos y que el ochenta por ciento de los españoles y de los madrileños los desea, podemos pensar que todo son ventajas.

Alejandro Blanco, presidente del COE, habló del compromiso. Madrid y España queremos los Juegos. Blanco es el mejor embajador, hombre del deporte y de la cultura, de ideas modernas y oratoria brillante, convincente. Se basa en los argumentos de la modernidad y ha sabido revolver en el cajón del movimiento olímpico para rescatar los valores que resucitaron Thomas Arnold, Evangelios Zappas o el Barón de Coubertin. Los Juegos de Madrid traerían también aquellos argumentos renacidos tras el descubrimiento de las ruinas de la vieja Olimpia en 1875, reflejados en el documento constituyente del COI en la Universidad de la Sorbona.

Vendría bien revivir los ideales de la antigua Grecia, el honor, la belleza, el amor por las artes y la tregua sagrada. Los Juegos, desde su inicio 776 años antes de Cristo, significan la paz. Por eso los necesitamos tanto Madrid, España y Europa. Y hasta el mismo COI para dar vida a su esencia.