Los besos de Menotti

Besan a los niños con velas que cuelgan como las de la Pinta inflamadas; sonríen al impertinente; anuncian alcachofas; chupetean helados incomestibles; bailan desmelanados/das aunque no sean las Fiestas de la Mercé ni San Isidro; convocan a la Prensa en cafeterías con el voto afín programado; hablan para los sufridos militantes, para ellos y para las vacas; en campaña su entrega es tan exagerada que luego, al mando o en la oposición, en la relajación sin «coffee», pecan de condescendientes. Eso no pasa en el fútbol. Eso no ocurre con Menotti. A este César que prefería entrenar por la tarde porque se recogía con el despertar del alba y luego se le pegaban las sábanas, hay que escucharle. O leerle. En una entrevista en «Marca», salta de América a Europa y opina sobre lo que ve y lo que siente. O en qué consiste el juego de Argentina: «Todo se basa en que la coja Leo, regatee a cuatro, se la pase a Higuaín y gol». Así de simple, y lo razona aún más: «Contra Estados Unidos, un pase suyo, 1-0; un tiro libre, 2-0; un pase a Higuaín, 3-0... Los equipos tienen buenos jugadores, muy buenos jugadores y excepcionales». En este capítulo concreta: «Casos de Messi e Iniesta». Como mi admirado Ángel Cappa, se deshace en elogios hacia el manchego: «Es uno de los mejores futbolistas en muchos años. Tendría que remontarme a Zidane o a ese nivel. Andrés es más veloz en el área incluso, lo entiende todo. De la actualidad, es, de lejos, el que más hace jugar, el que mejor juega, con dinámica, tiene capacidad para analizar el juego, se tira atrás para reducir espacios... Es excepcional». Menotti no es el oráculo, tiene 78 años, no está en campaña, dice lo que piensa y piensa que a Sergio Ramos «se le sale la cadena» y que Italia debió asustarse cuando el fútbol le cambió a Croacia por España. Y que Alemania y Francia tendrían que preocuparse si han de enfrentarse a la Roja. Pues eso. Sin campañas.