¿Los gatos o las personas?

¿Deben tener más prioridad en el presupuesto público los gatos que las personas sin hogar? Lo pregunto por la respuesta a la iniciativa del Ayuntamiento de Valencia que, por aquello de dar voz al pueblo, ha dejado una partida de siete millones de euros «presupuestos participativos» para que los ciudadanos se pronuncien sobre en qué prefieren invertir esa cantidad.

En primer lugar ha quedado la peatonalización de la Plaza del Ayuntamiento con 1.343 votos. En segundo, con 1.155 votos, ha sido la construcción de un refugio para gatos y demás félidos. Todo deja de tener sentido si advertimos que la construcción de un centro para personas sin hogar recibió 168 votos.

A pesar de que tan sólo votó algo más del uno por ciento del millón de valencianos capitalinos, me deprime el resultado, un resultado que invita a la reflexión sobre la actuación de nuestra sociedad, sobre cuál es el camino y el norte de nuestros comportamientos. ¿Son antes los animales que las personas? Para mí no hay color.

No quiero hurgar en la política. Quiero centrarme en nosotros mismos como colectivo. Como la propuesta de los gatos partió del Ayuntamiento, me surge una duda: ¿temían los munícipes la reacción ciudadana si lo incluían directamente en los presupuestos y por ello le pasaron la pelota de la decisión a los ciudadanos?

En cualquier caso, la Corporación municipal deberá pronunciarse sobre la plaza, los gatos y los que no tienen dónde cobijarse, ya que los resultados de la votación no son vinculantes. Parece mentira que alguien se piense en qué gastar el dinero público. Para hacérnoslo mirar. Así es la vida.