Los hombres que amamos

Hace unos días puse este post en mi Facebook: «Amo a los hombres feministas. A los que saben que sin igualdad no hay dicha que valga. A ellos, los que actúan en su propia casa con coherencia. A los que actúan. Los amo». A la hora tenía ciento y pico «me gusta», muchos de ellos de hombres. Y algunos comentarios de mujeres que escribían: «Yo también los amo». Si jugamos a aplicar el porcentaje correspondiente a mi número de amigos, la estadística viene a decir que hay bastantes mujeres que aman a los mismos hombres que yo. Pues bien, si eres de esos que describo arriba, eres un hombre deseado como compañero por un buen número de féminas. Eres un gran tipo para nosotras. La pasada semana ocurrió también que un indeseable se coló en la cabecera de una manifestación con una pancarta llena de palabras hermosas a las damas. Luego descubrimos que era un maltratador. Canallas ha habido siempre, no me interesan. Me interesan los otros, los que habiendo sido educados en una sociedad patriarcal, con madres patriarcales, leen el número de asesinatos a mujeres y se indignan. Me interesan los que reflexionan y se van transformando. Los que, aunque en su casa paterna no recogían un plato, hoy lo hacen y, cuando se dan cuenta de que aún es insuficiente, piden disculpas. Me interesan los que ven la belleza de las mujeres en lo que reflejan su inteligencia y su bondad. Los que no confunden la galantería y el dominio. Los pacíficos. Los que dudan y, aunque andan un poco perdidos, se arriesgan a tomar postura y a expresarla delante de otros hombres. Los que respetan, admiran y aman a las mujeres. Los amo.