Andalucía

Los miserables

Un buen amigo, escritor y periodista, me dijo un día algo que hoy me viene como anillo al dedo. Menos mal, me aseguraba, que Gaspar Llamazares ha conseguido el escaño por Asturias. Imagínatelo como médico. Qué horror, es verdad, que un individuo tan sectario, y seguramente tan escasamente preparado para ejercer la medicina, tuviera en sus manos la vida de alguien. Afortunadamente sólo puede hacer declaraciones, normalmente de una estulticia supina, cuando no sencillamente impresentables. Sus palabras sobre el accidente, gravísimo, de la delegada del gobierno en Madrid, Cristina Cifuentes, fueron totalmente miserables. Como de forma miserable actuaron quienes a las puertas del hospital de la Paz gritaron que la delegada debería estar ingresada en un centro privado y no público, ya que pertenece al Partido Popular, que ha iniciado un proceso de privatización de la gestión de algunos de los hospitales públicos dependientes de la Comunidad. Esa decisión, que sólo busca eficiencia, ha sido manipulada de una forma repugnante por la izquierda que ya ha demostrado, con creces, su alegría a la hora de despilfarrar el dinero público. En Madrid y en España entera, como demuestran las cifras escandalosas de los ERE de Andalucía, que han llevado a José Antonio Griñán a salir por pies y dejarle el marrón a una jovencita que dentro de unas semanas va a ser la responsable de administrar un mogollón de euros del contribuyente. A esa joven, llamada Susana, la va a apuntalar Izquierda Unida, que mientras hace demagogia disfruta de los privilegios del poder. Porque a la Izquierda radical le gusta un despacho y un coche oficial más que a un tonto una tiza. Y mientras disfrutan de la moqueta y la impunidad parlamentaria, son capaces de mostrar lo miserables que son con comentarios como los de Llamazares, el puntillero redimido de IU, sobre la hospitalización de una persona que se ha debatido entre la vida y la muerte y que, como delegada del gobierno en Madrid, ha demostrado sobradamente su competencia y su valor.