Partidos Políticos
Los que se mueven
Tiene razón Rajoy cuando culpa a PSOE y Ciudadanos de la repetición de elecciones. Y tiene razón porque a pesar de que ambos partidos se han reunido con casi todos, no han hablado con el único que podía asegurarles un pacto de gobierno serio: el PP.
Tiene razón Albert Rivera cuando dice «Mariano está fingiendo, no ha movido un dedo». Y tiene razón porque mientras su partido firmó un pacto con el PSOE en el que derogaba la ley de educación, la reforma laboral, denunciaba los acuerdos con la Santa Sede y firmaban una ley de eutanasia, el PP seguía sin ceder, sin cambiar, defendiendo sus reformas de la legislatura anterior... no moviendo un dedo.
Tiene razón Pedro Sánchez en estar asustado. Y no sólo porque no haya formado su Gobierno de progreso, sino porque el pacto Podemos-Izquierda Unida-Bildu y lo que haga falta en Navarra puede convertir aquel partido hegemónico de Felipe González en un lío postelectoral en el que no se salve ni Susana Díaz por no haber intervenido a tiempo.
Y tenemos razón los ciudadanos –lo reflejan todas las encuestas– al estar hartos de nuestros políticos. No votar empieza a ser una opción que se generalizada pero peligrosa porque en estos meses de «impasse», hemos conseguido que la inversión extranjera se marchara de España y buscara lugares más tranquilos y razonables donde guardar un dinero que, cada vez, va a ser más escaso. Pero el error postelectoral no ha estado en los pactos de unos partidos con otros. La solución, la movida necesaria, tendría que haber sido interna. El PP –a la vista de toda la corrupción que emergía– estaba obligado a hacer una limpia. La debería haber hecho Rajoy antes de retirarse y dejar paso a Feijóo. El PSOE –corrupción al margen para no repetirme– podría haber aprovechado para sustituir a Pedro Sánchez y no porque no haya conseguido su pacto, sino porque el resultado electoral de su partido fue lamentable. La movida de Ciudadanos tendría que ser ideológica, para aclararse de si son liberales o socialistas y, sobre todo, con quién deben pactar. ¿Y Podemos? Podemos debería dejar de hacer teatro y mostrar su verdadero rostro. Les votaron muchos españoles que no saben –lo hemos visto después– ni a quién ni lo que votaban.
Por todo ello: menos pactos y más regeneración interna. Ganarían los partidos y también España.
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