Toni Bolaño
Mas 5-Junqueras 0
Artur Mas ha ganado la partida a Oriol Junqueras. Por goleada. 1-0: las elecciones no serán ahora como quería ERC, serán en otoño como quería Mas. 2-0: el presidente catalán tendrá la estabilidad garantizada y con presupuestos. El martes que viene sumisa y cabizbaja ERC votará los números del Gobierno en el Parlament.
3-0: ERC no entrará en el Gobierno. No tocará moqueta, pero le dará estabilidad. Así Junqueras seguirá siendo el dócil «líder de la oposición». 4-0: las entidades soberanistas que han estado forzando a ERC para que acepte las condiciones de Mas, para así «no entorpecer el proceso de transición nacional», se han plegado a las exigencias del autoerigido líder al que aclaman casi con veneración. La presidenta de la Asamblea Nacional, Carme Forcadell, ha visto cómo la han utilizado como un kleneex. Ha forzado la máquina y ahora está en la papelera. Y encima las elecciones se harán cuando ya no sea presidenta de la ANC. Sólo puede esperar la benevolencia de Mas para entrar en su lista.
5-0: Mas se ha salido con la suya. No hay ahora elecciones y gana tiempo para lavar la imagen de CDC, muy deteriorada por la corrupción –de los Pujol y del partido que tiene su sede embargada– y por los recortes. Mas, como un buen jugador de rugby, da una patada para adelante para seguir estrujando a ERC. De momento, el debate sobre las listas electorales queda en espera y ERC sólo podrá jugar aportando expertos para consolidar las «estructuras de Estado».
Mas ha ganado la partida en el universo soberanista, pero Cataluña sigue perdiendo. Adelantará unas elecciones pero Cataluña seguirá inmersa en su retraso, en su provincianismo y viviendo ese escenario soberanista que nada tiene que ver con la realidad. Mas sólo gana tiempo para sí mismo pero se lo hace perder a la mayoría de catalanes. Ha llegado a su máximo nivel de incompetencia. No ha tenido los arrestos de hacer elecciones ya, porque los números no salen. Ahora serán el 27 de septiembre para empezar la campaña el día 11. No cuenta que para esas fechas la situación política en Cataluña, en España y en Europa puede haber cambiado. Le da igual. Él sólo quiere pasar a la historia. Aunque sea a la historia de un fracaso.
Nadie en el nacionalismo quiere asumir que el callejón no tiene salida. No quieren asumir que la independencia de Cataluña interesa tanto en Europa como la situación en la liga del Sabadell –con perdón–. Prefieren henchirse de orgullo patrio antes que afrontar la realidad. Una realidad que llegará en forma de elecciones el 24 de mayo.
Ese día CDC puede darse de bruces con una nueva realidad, que no es otra que la pérdida de su mayoría municipalista. CDC puede perder muchos ayuntamientos a manos de otras fuerzas. Sobre todo de ERC. Ese día Mas puede volver a plantearse un cambio electoral en Cataluña. Ese día todavía tardará en llegar. De momento ha conseguido llevar a ERC al huerto y seguir dirigiendo al movimiento nacional. Perdón, nacionalista. Ahora gana 5-0.
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