Iñaki Zaragüeta
Matar moscas con el rabo
Es la dinámica adoptada por el nacionalismo catalán, agrandar cualquier hecho hasta elevarlo a la categoría de afrenta. Un comportamiento de seres abducidos por la frustración o el complejo, características que suelen acompañar a las personas equivocadas. El caso es que el presidente de Cataluña así lo está demostrando con su deseo de intervenir en el Primer Foro Económico del Mediterráneo Occidental que hoy comienza en Barcelona. No quiere aceptar que participan en él jefes de Estado o de Gobierno y que, por más que se empeñe, preside una Comunidad Autónoma, importante y digna como también lo son todas las demás.
Artur Mas insiste en internacionalizar su quimera. Es el objetivo de su insistencia por dirigirse a tan ilustre bancada, comunicar que se encuentran en un territorio con voluntad de secesión. Al no ser posible, él y la parafernalia que le rodea, intentan publicitar la contrariedad como veto. Como si, con la excusa del agravio, eligieran regodearse en el masoquismo antes que disfrutar de la felicidad.
Días como el de hoy me transportan al aburrimiento. Me resulta tedioso hablar de superficialidades en torno a Cataluña. Berrinches de niño chico, como decimos los andaluces. Mas escribe a Rajoy que quiere lanzar una perorata en la cumbre de hoy, el presidente del Gobierno le contesta que no lo organiza él y que, además, sólo lo harán jefes de Estado y primeros ministros, y a otra cosa mariposa.
Yo mismo me pregunto si con estas líneas estoy ayudando a concienciarle o a envalentonarle. Sí tengo la sensación de matar moscas con el rabo. Por favor, president, un poco de cordura, comience a hacernos la vida más llevadera. Así es la vida.
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