Iñaki Zaragüeta

Me temo lo peor

Pánico me da el final del episodio de la plataforma Castor. La demora en conocer el estudio y las correspondientes conclusiones del Instituto Geológico y Minero invita más a las dudas en cómo endiñarnos los 1.600 millones que el Estado deberá abonar a la compañía que en conocer la responsabilidad de cada cual. Vamos, que el problema es decidir en que factura -gas, electricidad...-, en qué tasa o en qué impuesto nos incluirán este recibo de una obra innecesaria. Digo innecesaria porque el propio ministro, José Manuel Soria, dijo que en los momentos actuales no hacía falta realizar esa obra ni era estratégica.

Me temo lo peor. Primero, porque la relación entre la inyección de gas y los seismos está demostrada. Segundo, porque casi lo está la responsabilidad del Gobierno, en aquel momento presidido por Zapatero ¡cómo no!, si nos atenemos a lo dictado por el Tribunal Supremo.

En fin, está por ver cómo el Gobierno sale de ésta, uno más en el rosario de problemas que le aparecen día a día. Y ojo con el tal Recadero del Potro, cuya al parecer larga mano está metida también en el proyecto del almacén de petróleo en las cavidades de las salinas de Pinoso (Alicante). Así es la vida