Julián García Candau

Menos pasión

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El partido de esta tarde ha perdido la gran emoción de los clásicos. Dos no se pelean si uno no quiere y parece que tal va a suceder. Habrá pasión, no obstante, porque es inevitable que entre Real Madrid y Barcelona haya carga sentimental incluso cuando se enfrentan con bajas.

Por lo que respecta a Mourinho, el partido ha perdido parte del interés intrínseco de otras ocasiones. Está más que satisfecho por haber eliminado a su gran rival en la Copa. La Liga ya la dio por perdida. Por encima del resultado de hoy está el reto de ganar al Manchester United en el partido de vuelta en Old Trafford, al que acude con el empate a un gol. Mourinho pretende restañar heridas ligueras con las dos copas. Por ello es natural que prescinda de jugadores importantes. De futbolistas con quienes hay que contar forzosamente en el duelo de Manchester.

También el Barcelona afronta la batalla con reservas mentales. Igualmente le fascina la posibilidad de eliminar al Milán, aunque para ello tendrá que poner, presumiblemente, bastante más que el Madrid en Inglaterra. El duelo Cristiano-Messi no tiene objeto en esta ocasión. En la fecha más decisiva, en el Camp Nou, ganó el portugués. Mourinho, según se pronostica, alineará un conjunto que, en el caso de que resultara derrotado, no constaría como afrenta. Con suplentes tiene las de ganar porque el honor ya se disputó en Barcelona. Hoy ambos entrenadores echan agua al vino. Los azulgrana, moralmente, necesitan la victoria más que el Madrid, aunque la derrota les mantendrá ventajosamente en la clasificación.

Posdata. Cristiano no es el más veloz. Le gana Benzema.