Cástor Díaz Barrado

Minorías

La cuestión de las minorías étnicas, religiosas y lingüísticas, lo que en el marco europeo se denominan minorías nacionales, ha afectado siempre a aspectos relativos al mantenimiento de la paz y la seguridad internacionales. Los conflictos que se han generado por la intención de ciertas minorías de crear un Estado soberano e independiente o porque no se respetaban sus derechos como minoría han tenido un significativo impacto en la escena internacional. El reparto de territorios por las sucesivas potencias y el surgimiento de diversos estados han propiciado, sobre todo en Europa y Asia y, también en África, que determinados grupos humanos que gozan de características diferentes de la mayoría queden incorporados en el seno de un mismo Estado. El abandono, desde la perspectiva política y jurídica, del concepto de nación y el hecho de que no necesariamente a cada nación le corresponda un Estado nos ha conducido a una realidad compleja en la que, sobre todo, hay que evitar los conflictos. Lo que sucede en la región de Xinjiang, al noroeste de China, con la minoría uigur es una muestra más de que las cuestiones de minorías son delicadas en el orden internacional y que hay que derrochar múltiples esfuerzos no sólo para evitar el surgimiento de conflictos que, muchas veces se expresan de manera violenta, sino, sobre todo, para asegurar que se respeten los derechos lingüísticos o religiosos de las minorías. La Sociedad de Naciones realizó una gran tarea destinada a resolver las cuestiones de minorías, siendo consciente de que, en fondo, la Gran Guerra era, también, el resultado, de la falta de respeto de los derechos de los grupos minoritarios. La últimas guerras que han tenido lugar en Europa, tanto lo que aconteció en la antigua Yugoslavia en el decenio de los noventa del pasado siglo como los enfrentamientos que están teniendo lugar, en la actualidad, en el este de Ucrania nos conducen irremediablemente a cuestiones de minorías. Está claro. Las minorías no gozan del derecho a la autodeterminación de los pueblos y, por lo tanto, no les corresponde crear un Estado soberano e independiente pero lo estados en los que habitan las personas pertenecientes a las minorías, y de las que son sus nacionales o residen permanentemente en dichos estados, tienen la obligación de respetar sus derechos como minoría y su identidad, en concreto, los derechos de lengua y de religión y de no aplicar, en modo alguno, discriminaciones por la pertenencia a una minoría nacional. Si esto no se hace, está asegurado el conflicto y, en consecuencia, se ponen en riesgo la paz y seguridad internacionales.