Ni estamos...

...Ni se nos espera. Me refiero al devenir de los asuntos de la Unión Europea (UE). Durante los últimos meses nuestra presencia ha sido testimonial. Desconozco si porque el Gobierno se encontraba en vísperas de elecciones y luego en funciones, si porque a Rajoy no le gustan mucho estos temas o por los dos motivos a la vez. En cualquier caso, la impresión existente en Bruselas es que España no se ha encontrado en el grupo de los que tiran del carro, ni tampoco contaban con ella. El problema es que eso se puede prolongar en los próximos meses si hay que ir a unas nuevas elecciones o si por una carambola Sánchez terminase de presidente del Gobierno; al todavía líder socialista se la tienen jurada, tanto en Bruselas como en otras capitales y, tanto los populares como sus propios correligionarios, por no respetar el pacto al que habían llegado ambos grupos con el fin de repartirse las presidencias de la Comisión Europea y del Parlamento, en función de los resultados de las últimas elecciones europeas.

Y todo lo anterior es todavía mucho más grave si se tiene en cuenta que el curso de política de la UE, que ya ha comenzado con la reunión en Italia de su primer ministro Renzi con la alemana Merkel y el francés Hollande, va a ser muy intenso y a la vez muy complicado y duro. La crisis de los refugiados sigue ahí muy presente y con graves repercusiones para la política interna en varios países, la situación económica, los problemas con Rusia y lo que pasa en Turquía son sólo algunos de ellos. Pero hay una clave de fondo que puede resumirse en un titular: la refundación de la UE tras el Brexit.

Por cierto, en el Reino Unido ya han comenzado a notar en sus indicadores económicos las consecuencias del referéndum que celebraron hace dos meses. Por si esto fuera poco, en Londres no se han aclarado con el procedimiento para solicitar su salida. Y, en todo eso, España, ni está, ni se la espera.