Alfonso Ussía
¿Niño o niña?
Escapo unos días de Madrid. A un paraíso. De los últimos que quedan en España. Dehesa movida y monte cerrado. Sierra Morena. En Andalucía se mueve ya, preparándose, la primavera. Me pongo muy cursi con la primavera. Me entristece el otoño, me cabrea el invierno, me anima la primavera y me gusta el verano, por supuesto norteño, de calor vencido. Cuando vuelva, lo primero que voy a preguntar: ¿Ha sido niño o niña? Si es niño, nacerá crecidido, con pelitos en las piernas, y si niña, con su primer mini Bélcor incorporado. Larguísimo embarazo.
Me refiero a los candidatos a la presidencia de la Comunidad y el Ayuntamiento de Madrid del Partido Popular. Unos días más, y Mariano Rajoy obedeciendo, claro está, al arúspice y manipulador Arriola, designará a los candidatos de su partido después de haberse celebrado las elecciones. Intuyo que Ignacio González, que ha sido un muy buen presidente de la Comunidad madrileña, va a tener que soportar el peso de lo que puede ser un infundio provocado por su propio partido. Intuyo que Arriola no le tiene simpatía alguna a Esperanza Aguirre, por esas cositas del complejo social. No obstante, es posible que a pesar de la antipatía que Arriola y Celia le regalan a Esperanza Aguirre, las cuentas determinen su nombramiento. Y está Cristina Cifuentes, altamente capacitada, y Salvador Victoria, que se conoce la Comunidad de Madrid al dedillo, y es persona seria y trabajadora. La sorpresa la daría Soraya, que ha sido la mano derecha y la mano izquierda de Rajoy, pero a la que Arriola y Celia temen más que a un nublado. Y por ahí anda el académico y gran poeta Luis Alberto de Cuenca, que hay que demostrar a las izquierdas que también los liberales cuentan con poetas como el granadino de Izquierda Unida. Y Borja Sarasola, consejero de Agricultura y Medio Ambiente, joven, inteligente e impetuoso. Eso sí, todos ellos bastante creciditos.
¿Quién será?
Rajoy ha decidido que los suyos se lleven mal, y lo está consiguiendo a marchas pausadas. Es de esperar que este fin de semana le ruegue a Arriola que adopte la decisión oportuna. Lo primero que hace Arriola cuando adopta la decisión oportuna es enviar oportunamente al Partido Popular la factura por sus servicios externos, por cuando el contratado en su día por José María Aznar es un asesor del PP con grandes simpatías por el PSOE, lo cual es un chollo, para el PSOE quiero decir.
A Rajoy le salva el tinglado que se ha montado con los candidatos de otros partidos. En el PSOE, el descalabro de Gómez a manos de Sánchez y el nombramiento de Gabilondo, el hermano de Iñaki que homenajea en la Universidad a los genocidas. Gabilondo es un hombre que mira mucho hacia arriba, y eso puede tener diferentes interpretaciones. Puede ser ornitólogo o sencillamente, soberbio. Y en Izquierda Unida lo de Tania, que se presenta a las primarias, las gana, y cuando ha ganado se marcha. Lo cierto es que se ha marchado por otras causas, pero sus partidarios han creado una novela con ella de protagonista y por ahora se mantiene en el palmito. Su sustituto, el poeta granadino García Montero, notable rapsoda, es más que probable que permanezca poco tiempo en esto de la política, espacio que dudo mucho sepa dominar.
Todo ello ha ayudado a Rajoy en su lentísimo parto. Pero ya ha salido de cuentas y si crece más el bebé, ni con cesárea se lo sacan. Cualquier extravagancia es posible. Por ejemplo, que a la pregunta ¿niño o niña? La comadrona responda: Celia.
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