Julián García Candau
No dejará amigos
Mourinho estaba preocupado por si dejaba algún amigo en Madrid. No lo hará. Dijo que aquí hay mucha gente que le odia. Aquí hay mucha gente que ha pasado de discutirle a despreciarle. Se lo ha ganado a pulso. Ha conseguido que hasta jugadores que pertenecían a su núcleo duro se hayan separado de él. Cristiano afirmó que no le importa el futuro del entrenador porque no está ligado a él. Pepe, de quien no se podía esperar que terciara a favor de Casillas, inesperadamente, lo hizo. Mourinho ha logrado abrir brecha entre él y los jugadores y se ha quedado en el vestuario con su equipo técnico, incluido el supuesto segundo entrenador cuyo real papel es el de pobre mandado.
Mourinho es especialista en tensar cuerdas, en crear animadversiones y en buscarse más enemigos de los precisos. Su tránsito por el Madrid ha estado plagado de polémicas, de enfrentamientos constantes. Ha insultado y despreciado a medio planeta futbolístico. Era error decir que sus salidas de pata de banco eran un modo de defender al club. Ha habido excesiva tolerancia con sus modos y decisiones. Ha echado del club a cuantos ha creído que entorpecían su labor.
Es tan manipulador que ha construido una historia del Madrid a su medida. Ha despreciado a todos los entrenadores anteriores para darse bombo y lo ha hecho de manera tan malintencionada que hasta ha tenido la osadía de despreciar a un madridista auténtico como Vicente del Bosque. Éste, en cuatro temporadas, fue dos veces semifinalista y dos, campeón de Europa. Los memos confunden la historia.
Posdata. No lo lava ni el agua del Jordán.
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